Sin lugar a dudas este 2022 estuvo marcado por el tan ansiado regreso de los conciertos masivos, incluyendo las más recientes ediciones de grandes festivales en diferentes partes del país. Esto nos permitió ser testigos de actuaciones tanto de artistas nuevos como de los consagrados, así como más de algún regreso a los escenarios de bandas que venían de varios años de inactividad.
Es en esta última categoría donde entra la agrupación que nos ocupa en esta ocasión, con sus 4 integrantes residiendo en diferentes partes del mundo, The Whitest Boy Alive decidieron volver a los shows en vivo presentándose el pasado sábado 17 de diciembre en la Reserva Educare ante una de las ciudades que mejor los ha acogido, Guadalajara.
La dinámica era simple, la idea era emular un día de campo, la gente iba tendiendo mantas en el pasto para presenciar a los artistas, mientras que en el lugar había diferentes stands con juegos, como uno para tocar batería, además de algunas activaciones de marcas y merch oficial. En el ámbito musical, DJ Fuku inauguró la jornada, ambientando a los presentes con sus mezclas irreverentes e ingeniosas, incitando en todo momento a mover los pies.
En segunda instancia y desde Puerto Rico, entraba en escena Pachyman, quien sustenta buena parte de su sonido en el dub jamaiquino, mezclando y tocando un live set cargado de buena vibra y reminiscencias de DJ’s legendarios como Scratch Lee Perry. El puertorriqueño dejo el escenario profundamente agradecido con un público que supo disfrutar su propuesta, misma que dio paso al acto principal de la noche.
Pasadas las 7 pm, el cuarteto berlinés se colocaba al frente de sus respectivos instrumentos arrancando su set con “Keep a secret” y “High on the heels” que fueron más que suficientes para hacer que el publico ovacionara la música y presencia de la banda en suelo tapatío.
Erlend Øye y compañía rápidamente se percataron de que este sería un show especial, algo había en el ambiente de esa noche, quizá el ser uno de los últimos shows del año o la época decembrina, pero la calidez y efusividad de los asistentes era evidente, cosa que “los whitest” supieron retribuir con un notable despliegue de energía, tanto así que en un momento el publico entono el clásico “oe oe oe oe whitest, whitest” y segundos después la banda se sumo a la dinámica musicalizando los cánticos, cosa que sorprendió gratamente a todos.
La velada dio paso a éxitos de la banda tales como “Burning”, “Golden cage” y “1517”, las cuales elevaron los ánimos y fueron ampliamente coreadas. Otro momento memorable fue el solo de sintetizador que improviso Daniel Nentwig al centro del escenario con ese singular sonido analógico.
Los Whitest cerraron parcialmente su set con “Courage” mientras que Erlend Øye bailaba sin inhibiciones por el escenario, animando a los presentes a hacer lo mismo. La banda regreso con un encore peculiar por decir lo menos, ya que interpretaron un clásico tijuanense “Ay te dejo San Antonio” en español, seguido de su más reciente single “Serious” y finalmente dar por terminado el show con un divertidísimo cover del tema “Show me love”, icónico de la escena dance de los 90’s.
Fue así, con un cierre de año fenomenal, que The Whitest Boy Alive formo parte esencial en el apartado de artistas que regresaron para hacer lo que mejor saben, alegrar las vidas de miles de personas por medio de su música. Solo nos queda esperar que este 2023 sea aun mejor en todos los sentidos, y ojala así sea.
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¿Qué te pareció la presentación de The Whitest Boy Alive en la Reserva Educare?
- El lugar y los actos abridores
- Se notaba que los whitest estaban disfrutando su regreso a los escenarios
- Un público entusiasta y dispuesto a pasarla bien
- Fallo el teclado Rhodes de Daniel
- Entrada en falso en “Courage” por falla en monitores
- Quizá algo de producción extra en luces y escenografía