Por Andrés Solis.
El hip hop y el rap siempre se han caracterizado por ser un género contestatario, rebelde y contundente, generalmente con un mensaje directo que en muchas ocasiones rebasa la crudeza. Durante mucho tiempo hubo el prejuicio sobre los seguidores de esta rama del arte, se les juzgaba de vándalos, de gente mala y otras cosas que dicen las señoras.
Así fue como desde hace décadas la cultura urbana estuvo fuera de los reflectores, pues era más underground que otra cosa, pero poco a poco se fue mezclando con la cultura popular; ahora en importantes escenarios a nivel mundial vemos a Drake o Travis Scott, o escuchamos a los medios hablar de lo grande que fueron Wu-Tang Clan y 2Pac.
Pero, ¿qué pasa si llega al mainstream un movimiento creado por marginados que aborrece el sistema actual? ¿Realmente es tan bueno como se plantea esta posibilidad?
En las últimas semanas ha estado de moda la palabra «censura» dentro de toda la comunidad del freestyle de habla hispana (la más grande comunidad de la rama en todo el mundo quiero que sepas). Te explico por qué.
De la que te hablaré a continuación no fue la primera polémica de este estilo en los últimos meses, pero ésta fue la gota que derramó el vaso.
Se llevaba a cabo la Red Bull Batalla de los Gallos Argentina 2019, era la final nacional; el ganador de este certamen representaría a su país en la final internacional de España (el evento más importante del freestyle de habla hispana). Esto fue en octubre, el 20. El foro del evento fue el Luna Park, emblemático, el Palacio de los Deportes pero argento (y sin los rebotes de audio). Bueno, pues después de varias batallas, se venía la última de cuartos de final: Dozer, campeón nacional de 2018, se enfrentaba a Roma, una chica que llevaba años batallando en plazas y poco a poco va ganando reconocimiento en batallas improvisadas y escritas. El panorama era tenso, los asistentes apoyaban a Dozer puesto que siempre ha sido de los más queridos de aquel país, muchos le dicen «infravalorado».
Total que en cierta ronda de la batalla (misma que a ojo de un humano común iba ganando Dozer), se dio una ronda de personajes. Este tipo de formato es muy clásico dentro de las batallas, ¿pero cuál fue aquí el problema? Dozer tenía que encarar el rol de «provida» y Roma de «proaborto«. Sí, un poquito polémico tomando en cuenta el país y la época donde se tocó.
La batalla, como te digo, iba inclinada a Dozer; Roma no se quedaba atrás, clavó muy bien bastantes respuestas, pero el primero se notaba más por encima. No fue hasta que llegó esta ronda de personajes donde Roma tiró rimas en pro del libre aborto, mismas que la gente apoyó gritando en demasía, dejando a Dozer como un «intolerante» y un «conservador». Sí, a la gente se le olvidó que era un rol de personajes. Tanto así que la decisión de los jueces fue de 2 a favor de Roma y una réplica*. El descontento de la gente se vio desde que se levantaron las paletas con el nombre de la chica, comenzaron chiflidos y el clásico dedo haciendo el «no».
*Se le llama «réplica» cuando los jueces consideran un empate. El desempate se da en una ronda extra cuyo formato puede variar, aunque generalmente es 4×4.
Tanto así fue el desmadre que se armó que poco después de la batalla, Dozer tuvo que salir a redes a disculparse y decir que todo fue en el contexto de la batalla, y que él más que nadie apoyaba el movimiento proaborto en su país. Las críticas al día de hoy siguen, tanto a él como a Roma, lloviéndole a esta última comentarios como «se la robaste a Dozer» y el clásico «tongo*».
*Tongo es el término que se usa dentro del freestyle para decir que el resultado de esa batalla fue injusto y que el perdedor debía ganar.
Y el tema parecía olvidado, pero un youtuber peruano que no diremos nombres (pero comienza con H y termina en BD) subió un video reaccionando a esta batalla y levantando nuevamente todas las críticas hacia ambos raperos. ¿El resultado? Una tormenta de arena y toxicidad.
No soy un veterano dentro de esta rama, se podría decir que soy alguien bastante nuevo, pero si hay algo que siempre, neta, SIEMPRE se te deja en claro es que lo que pasa sobre la tarima no es real. O sea, ¿realmente piensas que cuando Azcino dice que le arrancará la cabeza a su rival y se beberá su sangre lo dice en serio? Es obvio que no. Entre raperos saben que todo esto es un espectáculo. Podrán verse bastante enojados mientras rapean, se tiran rimas crudas y grotestas, hasta tienes miedo de que vayan a comenzar a pelear allí arriba, pero una vez que termina el beat y el host grita «¡tiempo!» se les cambia la expresión y se abrazan, porque saben que es freestyle.
En diciembre pasó algo similar con nuestro paisano Rapder. El tapatío fue invitado a Otumba, un pequeño evento de exhibición en Ciudad de México y Toluca con raperos mexas y españoles. Fue allí donde tuvo su polémica batalla con Sara Socas. Para no hacerte el cuento largo Sara sacó el tema de los feminicidios a la mesa y Rapder hizo lo que todo freestyler haría: mofarse del tema de manera cruda. Con rimas como «el violador soy yo» y una que otra que si no fueran batallas sonarían un tanto misóginas, Rapder fue altamente criticado en redes sociales, y hasta llegó a los medios de comunicación. Sara, por su parte, comentó en sus redes que no estaba molesta con Rapder por sus rimas en ese evento, y hasta pidió que cesara todo el tema en contra del tapatío, mismo que recibió amenazas de muerte hacia él y su familia.
Igualmente en mayo pasado, en God Level Perú, se enfrentaba el equipo chileno contra el mexicano. Entre las rimas, el mexicano RC le soltó al chileno Teorema una de las rimas más repudiadas y mal vistas del último año: «tú chinga la… ah, perdón, que eres huérfano«. La mamá de Teorema falleció hace un par de años, y esto siempre ha sido un recurso fácil cuando se batalla contra Teorema. En serio, no hay una sola batalla de Teorema donde el oponente no mencione a su madre. Bueno, pues RC también recibió bastantes mensajes de odio que hasta lo hicieron dejar las redes sociales un tiempo, y hasta el chileno salió a aclarar que todo es freestyle, no es real.
En los últimos días, raperos han salido forzosamente a disculparse por algunas rimas que dijeron en batallas de hasta hace más de seis meses, todo esto debido al constante acoso y mensajes de odio que recibían por dichas rimas. Y ni siquiera tendrían por qué hacerlo realmente. Como ya dije, es una batalla de freestyle, lo que se dice en el escenario se queda allí.
Ahora los niños y jóvenes hablan de batallas como hace 20 años se hablaba de Dragon Ball, y no tiene nada de malo; el internet abre muchas puertas, hay más posibilidades, y si bien se tiene esa «responsabilidad moral» de dejar un buen mensaje, es sabido que el freestyle no es para tomarse literal. Lo que se dice en el escenario se queda allí, y es algo que los medios y la gente que apenas va entrando no ha entendido.
¿Qué se ha logrado con todo esto? Varios promotores y hasta uno que otro juez ha mencionado que están considerando censurar diversos temas. Es decir, los freestylers no podrán tocar cierto tema dentro de la batalla, de lo contrario, recibirán penalizaciones en el puntaje final.
Dirían los más metidos en el tema, «eso no es muy hip hop de tu parte, bro» y no, realmente no lo es. Raperos han hablado al respecto y están en completo desacuerdo que torneos como FMS, Red Bull, Supremacía MC o God Level censuren temas solo para mantener a la gente contenta.
Los que disfrutamos de este bello arte, apreciamos ver cómo se tiran rimas grotescas durante minutos a la vez que nos conmovemos de ver a los raperos llorando cuando hablan de cosas que les hayan marcado la vida. Así es el freestyle. Es un arte crudo, que si bien debe tomarse en serio como un arte, no debe tomarse tan literal lo que rapean los exponentes. Más que ser un tema de tolerancia, es un tema de sensibilidad, o quizá de percepción.
Pero algo en lo que todos coincidimos es que la censura es inaceptable en cualquier rama del arte. ¿Qué pasa con la libertad de expresión? Sí, hay que ser cuidadosos por la responsabilidad moral que este arte tiene frente a millones de jóvenes alrededor del globo, pero nuevamente: es ya bien sabido que el freestyle se basa en la crudeza y en ser grotesco y contundente.
Todo esto me recuerda a una rima de Papo en FMS Argentina contra Stuart, «ya estoy hasta las pelotas de un público de bastardos que nada le basta» y concuerdo. Diga lo que diga el freestyler, se le criticará en redes y hasta los medios. Es por eso que actualmente la nueva comunidad de la rama (los que apenas están entrando y se quedan en la parte más superflua) es considerada como una de las más tóxicas de todo internet.
Aún podemos reversar esto. Estamos en un momento donde por obvias razones no ha habido batallas presenciales, así que tomemos este tiempo para reflexionar y pausar un poco este ritmo tan acelerado que hemos tenido desde mayo de 2019, con aproximadamente un torneo cada dos semanas. Apreciemos este bello arte y emocionémonos porque parece ser que las batallas vuelven en un mes.
El freestyle es un hermoso arte, uno que habla de respeto y unión, porque más que ser participantes ofendiéndose unos a otros (como muchos piensan), es una mesa redonda en la que se juntan exponentes y fans de todas partes del mundo a disfrutar de este gusto y afición en común, de México, España, Colombia, Argentina y muchos más países. Como dijo el buen Skone: «hoy día gana el hip hop y no la nacionalidad».