Sobredosis de rock con La Barranca en C3 Stage

Texto por: Cesar Ruiz

Fotos por: Daniel González Ávila

Tras un breve recuento de sus presentaciones, podemos afirmar que La Barranca y Guadalajara tienen esta suerte de confabulación tácita, en la cual José Manuel Aguilera y el público tapatío han convivido de forma ininterrumpida desde el año 2016 hasta el presente 2023, faltando únicamente el año 2021, por obvias razones.

Conscientes de este hecho o no, en palabras del propio José Manuel, es gracias a esta constancia y aprecio mutuos, que para sus presentaciones de este año, La Barranca quería ofrecer algo distinto y que solo habían intentado una vez antes, dos fechas, dos conciertos diferentes, la única consigna, no repetir canciones.

Con una vasta discografía y una carrera musical de casi 30 años, no era tarea fácil elegir los temas a tocar, sin embargo, nos anticiparon los discos que eligieron para cada día. Cada uno enmarca momentos y sonidos específicos en la historia musical de la banda, y esta dinámica daba oportunidad a los asistentes de presenciar en vivo temas de sus álbumes predilectos.   

Día 1 

El C3 Stage estaba casi al total de su capacidad, y a los pocos minutos pasadas las 19:00 horas sonaba la batería y la guitarra de “El Fluir”, mientras que la shamánica silueta de Aguilera emergía entre el humo y luces carmesí. Los primeros aplausos y muestras de afecto no se hicieron esperar, así como los coros del público en “Al final de la playa”. La primera intervención del álbum Lo Eterno (2018) fue con la hipnótica “Astronomía”, mientras que para Entre la niebla (2020) lo hicieron con “Nada tiene paz” aprovechando la presencia de Yann Zaragoza en los teclados.

Otra de esas que sonaron brutales, opacando su versión de estudio fue “Posiblemente imposible” del álbum Piedad Ciudad (2010), una suerte de blues áspero y oscuro que hizo retumbar el lugar. En algunos temas Aguilera dejaba de lado su rol de guitarrista para ser intérprete como en la balada ambient llamada “Manos”. Otro gran momento fue cuando ligaron el intenso final  de “Zafiro” con un mini cover de “Purple haze” de Jimi Hendrix.

Ya cerca del final, se despidieron una primera vez con “Cuervos”, para regresar ante los gritos del público que los aclamaba, a lo que respondieron con la sorpresa de tener a Sara Valenzuela y Gerardo Enciso como invitados para interpretar “Día negro”, cerrando un show redondo de forma definitiva con “Pandemonium”.

Día 2 

La segunda noche tuvo un inicio mas melodioso al sonar el arpegio de “Flores de invierno” que dicho sea de paso, va muy ad hoc con esta época del año. Ese sonido emparentado con Jaguares también se hizo presente con “El síndrome” al ser del primer álbum de La Barranca, El fuego de la noche (1996).

Una muestra de esa diversidad musical que manejan dentro de su repertorio se hizo evidente con “La fuga de Rubén” un melancólico danzón que dividía a la gente entre solo cantar o echarse uno que otro pasito congalero. Le siguió “Malecón” una de las canción más alegres de La Barranca con un riff memorable de guitarra. Grata sorpresa fue poder escuchar la psicodélica “Estallido interno” con esa letra filosófica y existencial.

“La Rosa” ese acertadísimo experimento de regional alternativo fue una de las más coreadas de la noche, para luego descender al inframundo con los acordes de “En cada movimiento” que tiene ese feeling de marcha fúnebre. Para sacudirnos un poco soltaron el beat funky de “Mascara de relámpago”, pero aun faltaba lo mejor.

Se presentía el final, pero no podía faltar “El tiempo es olvido” con ese estupendo coro –que quedara de mi, si hasta el sol se desintegra, tal vez mi voz será el eco de una estrella-, y como acto final sonó “Corcel” dejando a la gente exigiendo al unísono una canción más, cuando de pronto encendieron las luces del abarrotado C3 Stage, pero solo por un minuto, en un falso final que hizo estallar una ovación cuando regresaron una vez más, ahora sí, para repetir una sola canción del día anterior, “Día negro” ante un público emocionado y agradecido.

Dos shows que debieron ser suficientes para complacer hasta al fan más acérrimo de La Barranca, porque claro que hubo quien aprovecho para ir ambos días y darse esa sobredosis musical de esta banda, que en cada visita nos trae una propuesta  interesante, con lo que se ha ido ganando al publico tapatío, que esta de mas decir, respondió de manera excepcional.

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