Texto por: Miguel²
Fotos por: Miguel González
La entrada se encontraba sola a las 9 PM en una noche sombría y ligeramente lluviosa, muy a lo Haggard. Los asistentes que entraban llegaban vestidos de negro, con atuendos que iban desde lo gótico hasta lo metal grunge. La parte delantera del recinto estaba abarrotada, la gran mayoría de los asistentes ya se encontraba en el lugar. Sobre el escenario se encontraba la banda abridora llamada Azteca, que con gritos, penachos, un tambor y mucho metal lograron calentar los motores del público.
Cabe recalcar que la banda Azteca es de origen mexicano y tuvo una muy buena recepción. Además, su presentación fue genial, ya que mezclaron sonidos prehispánicos como el tambor o un caracol trompeta. Al dejar el escenario vacío, los ingenieros de Haggard comenzaron a afinar los últimos detalles. Los fanáticos se impacientaron un poco, ya que eran casi las 10 y aún seguían realizando pequeñas afinaciones.
Sin embargo, justo a las 10 en punto, Haggard apareció en escena. Los instrumentos de cuerda, dos violines y una viola, se posaron en una tarima en la parte trasera del escenario. Luego, entraron el tecladista y el baterista, también en la parte posterior, para finalmente dar paso a la guitarra, el bajo y Asis Nasseri, el frontman de la banda.
Y así comenzaron con el death metal. Se notaba exactamente por qué se tardaron tanto en afinar los detalles del sonido, ya que era preciso y conciso. Los violines, a toda velocidad, emitían sonidos hermosos. El chelo, como un bajo de cuerda, unía todo el fondo instrumental. El teclado añadía detalles a la melodía y la transformaba en algo medieval, mientras la flauta la acompañaba. Y en frente de todo eso, el metal surgía del bajo, las guitarras y la batería, dándole una consistencia armoniosa a todo el lugar.
La mezcla de voces en Haggard era verdaderamente hermosa. Asis Nasseri se encargaba de la crudeza de los guturales, mientras que el bajista de la banda, que parecía sacado de una película de vikingos noruegos, aportaba la melodía de la voz masculina. Janika Groß, la cantante de soprano que acompañaba a la banda, aportaba toda esa potencia de la música medieval vikinga.
Después de la quinta canción, Asis volteó hacia su público y dijo: «mucho calor». Todos se rieron, luego se puso serio y dijo: «Esta canción que sigue habla del personaje que, para mí, es el más importante en la Edad Media. Así es, Galileo Galilei. Este gran personaje siempre cuidó del conocimiento, así que los invito a siempre cuidar de él. Esto se llama ‘The Observer'». Todo el público clamó de alegría y aplaudió.
Algo muy destacable del público fue la amistosidad de la comunidad metalera. Todos estaban tranquilos y divirtiéndose. Aunque algo que cabe destacar de este concierto fue que había varios niños en el público, disfrutando del concierto con sus padres, algo que no se ve muy a menudo en los conciertos de rock hoy en día.
Después de la séptima canción, Asis vio a alguien en el público y dijo: «¿Eres tú, Natalia?» Luego le dijo: «Ven, sube», para después explicar que ella era amiga de la banda, una de las pocas amigas que tenían en Guadalajara. Después de esto, se puso sentimental y dijo: «Saben que este concierto es posible gracias a ustedes. Nos han hecho venir a Guadalajara durante 25 años y les estamos muy agradecidos».
Haggard también hizo un bis y dejó a sus fanáticos extasiados y con ganas de que tocaran toda la noche. Al final, la banda nos dejó una velada magnífica en la que disfrutamos de unos músicos virtuosos, mucho death metal, guturales fuertes e historias interminables. Sin lugar a dudas, esperamos que pisen Guadalajara una vez más en el futuro.
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¿Qué te pareció la presentación de Haggard en el Guanamor Teatro Studio?
- Azteca, la banda abridora, tenía un gran potencial.
- la mezcla del sonido.
- La gran actitud de Haggard y Asis en general fue impresionante.
- La cerveza tenía un precio elevado.