Por: Un Beto
Los ánimos, las vibras y la algarabía se mezclaban lentamente ante la expectativa de una noche llena de magia, misticismo y baile trayendo al presente las fiestas de los antiguos con un maravilloso repertorio de sabores musicales esta noche del 9 de Abril.
Radaid, los hijos del sol, fueron los encargados de ser el médium musical, que conectaba los diversos ritmos internacionales con el público de su natal Guadalajara, en esta noche de cuarto creciente, muy propicia para dar vida a tan gran espectáculo.
El recinto del ritual musical, fue el querido Centro Cultural Breton, ubicado en el centro histórico de la ciudad, la noche tuvo como preámbulo la participación de Sunnoir, una banda mexicana de rock experimental, que nace en la escena independiente en Guadalajara por ahí del 2010.
Al llegar las 10 de la noche, Radaid apareció sobre la duela del recinto, con un sólo de violín, interpretada por Emmanuel Macías se le abrió la puerta a esta velada. Acto seguido, Sofía Orozco, la vocalista de la banda, se dirigió al público «Buenas noches, ¿Cómo están?, Gracias por elegir estar esta noche con nosotros» así mismo agradeció a Sunnoir por el acto previo a ellos, y destacó que su compañero Darko Palacios, por una situación no pudo acompañarlos, y destacó el acompañamiento de Saúl para suplir su lugar en la batería.
Alguien desde el fondo gritó «Ya dale Sofi» y sin sentir presiones, sólo dijo «Esto es para ustedes, disfruten» dando pie a «I set a side», la primera melodía de Radaid de la noche.
Con «Día dar», la tercera entrega, la gente explotó, movió sus brazos y bailó haciendo ver que esta era una noche de fiesta. Sofía se dirigió nuevamente al público, «Después de una pandemia, celebremos las reuniones, las interacciones, Celebremos la vida con goce y alegría, «Anata to tomo ni».
Esta es una canción con rasgos musicales del país del sol naciente, tanto de tradición como de actualidad. El nombre y la letra de la canción significa «Celebro la vida con goce y alegría junto a ti» .
«Voy a confesar mi amor por Japón, por el anime de Miyazaki, mi Vecino Totoro, este movimiento que hago con el cuerpo es de Totoro»
«Shine», quizá sea la canción más emblemática de esta agrupación, y el poderla escuchar en vivo, al menos de forma personal ha sido una de las experiencias de concierto más gratificantes que he tenido.
Otro de los éxitos de Radaid, es «Nada que sea real», al finalizar, Sofía comentó que esta canción tiene que ver con la situación de su abuelo que padecía Alzheimer, y esta canción es su forma de sobre llevarlo.
Nuestra Vocal destacó la participación de Juan Ayala con el bajo, otro gran músico de la perla de occidente. Radaid se caracteriza por implementar instrumentos poco tradicionales como la Cítara, interpretada por parte de Yolihuani Curiel, y por performance más allá del escenario, así fue como el percusionista, Fernando Arias bajó y tomó una mesa y unas botellas de cerveza y con sus baquetas empezó la interpretación de «Lady O», canción que hizo explotar nuevamente a la multitud.
Ante la amenaza de que «Lady O» fue la última canción, la gente exigió una más, unos gritaban «Butterfly», otros «La Martiniana», pero fueron complacidos con «Gitana», la cual como su nombre indica aplica los ritmos propios de este pueblo pagano. Acompañados de un par de muchachas con dominio de la danza árabe, la noche llegó a su fin, no sin antes dar un tremendo cierre, con otro solo de Violín, por que como el Kybalión marca. «Todo es doble, Todo es opuesto, los semejantes y antagónicos son lo mismo, todo es un ciclo», o al menos esa fue mi interpretación de la apertura y cierre en esta noche de alquimia musical, en definitiva una noche de cuarto creciente espectacular.
¡Muchas gracias Radaid!
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- La entrega de la Banda y la respuesta del público.
- Hubo problemas de audio 3 veces.
- El estacionamiento de enfrente se llena muy rápido.