Definitivamente, la música nos puede llegar a sentir emociones muy profundas sin la necesidad de que exista letra alguna, el conjunto de vibraciones que bailan y se mezclan entre sí para crear sonidos y ritmos que a su vez nos invitan a mover el cuerpo de manera casi inconsciente.
Esta emoción fue exactamente la que nos provocó la Orquesta de Cámara Higinio Ruvalcaba de la U de G. la noche del sábado por la noche en el Conjunto de Artes Escénicas.
Con una excelente organización y gran control de las medidas de higiene y seguridad, fue como se llevó a cabo este evento de Entre Violines y Chelos, donde pudimos ser testigos de una impecable interpretación de parte de las obras de Vivaldi, Mozart y Haydn por parte de los jóvenes pero muy talentosos músicos de la orquesta.
El recital empezó en punto de las 19:30hrs, con la interpretación del concierto para violonchelo y orquesta de Franz Joseph Haydn, que nos ofreció una muestra, desde la visión del clasicismo, del nivel de desarrollo que ha alcanzado la técnica de ejecución del instrumento, una interpretación donde mientras la orquesta creaba una atmósfera llena de subidas y bajadas musicales, la participación del solista Felipe Antón (violonchelo) nos deleitaba con su técnica de interpretación y sobretodo con el sentimiento que se veía reflejado a la hora de tocar cada nota, con los ojos cerrados y una evidente sensación de estar en “la zona”.
Después fue el turno de la música de Vivaldi, donde nos presentaron un luminoso diálogo entre cuatro violines y un violonchelo con el contrapunto y la energía distintivos del barroco. Este intercambio fue evocado por un quinteto solista conformado por Shakti Zamora, Francisco Vidal, Adán García, Emiliano Moreno, mientras que Víctor Gutiérrez interpretó el concierto.
El puente entre ambos compositores fue un vivo y optimista divertimento para cuerdas de Mozart, precedido de tres exquisitas piezas de compositores anónimos de la Catedral de México, con arreglos orquestales de Vladimir Milchtein, quien en esta ocasión, fue el director de la agrupación.
Aproximadamente a las 21:00hrs, esta experiencia musical llego a su fin, entre un ensordecedor aplauso del público que duro casi 2 minutos y los rostros cansados pero muy emocionados y satisfechos por parte de todos los músicos.
Una noche muy satisfactoria con un exquisito deleite musical, fue lo que nos ofreció la Orquesta de Cámara Higinio Ruvalcaba con este concierto de cuerdas, una experiencia que nos dejó con un muy buen sabor de boca y esperamos se pueda repetir próximamente.
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- Muy buena acústica.
- Evento super puntual.
- No hubo nada malo.