Texto por: Jaime Noyola.
Imágenes por: Abraham Rodríguez.
Uno de los asistentes trató de subir al escenario pero fue empujado abajo por el artista. En su segundo intento escaló sobre la valla que separaba el escenario del público, apenas podía mantenerse en pie y no era capaz de articular palabras congruentes debido al estado de ebriedad o nivel de intoxicación en el que se encontraba. El DJ lo recibió e inmediatamente les exigió a las personas de seguridad que lo trataran bien además de ofrecerle una cerveza.
El espontáneo invasor sacó sus llaves del pantalón y con un golpe le hizo un orificio a la lata de cerveza para beberla en pocos tragos. El showman tomó el micrófono y sujetó al intrépido asistente para acompañarlo al borde del escenario, “Ahora sí, aviéntate”, le dijo. El joven tomó impulso y se lanzó hacia el público. Rápidamente las personas se habían movido despejando el área de aterrizaje, el valiente hombre había encontrado el final de su maniobra voladora en un fuerte impacto contra el pegajoso y duro piso ante las carcajadas de cientos de personas.
Horas antes:
La lluvia sobre la ciudad provocó un intenso caos que sólo podía ser una señal divina de lo que estaba por suceder en el interior de Foro Independencia. Silverio, su majestad imperial, había elegido el venue de Epigmenio González para atiborrarlo de aborígenes y desatar una noche de locura, vulgaridad y extravagancia.
El caos inició mucho antes de que la música sonará. El descontrol del acceso generó confusión entre personas que poseían boletos impresos, digitales o los qué estaban ahí para adquirirlos, todos debían estar en la misma fila, incluso los compañeros de prensa.
El Mostro Nostro inició con el ambiente mientras el retraso en el acceso lejos de agilizarse se entorpecía. Ya en el interior la gente comenzó a llenar el foro y a distribuirse tanto en la barra como en la terraza. El Mostro Nostro seguía dándolo todo en el escenario.
Posterior al Mostro le siguió Sonido Satanás, los de Santa Tere prendieron aún más al público que no paraba de llegar al Foro. Tras su participación, dejaron el escenario listo para recibir a su majestad imperial.
Lluvia de cerveza, escupitajos y mentadas de madre:
Incluso antes de que el de Chilpancingo hiciera su aparición la gente ya había comenzado a proliferar gritos. Cuando todo estuvo listo Silverio subió al escenario envuelto en su brillante traje plateado, tomó el micrófono y lanzó una sentencia: “El sistema meteorológico de su majestad imperial pronostica una lluvia de mierda”. Las mentadas de madre resonaron y el show inició con “Yepa Yepa Yepa”. A partir de ese momento en que los loops y beats repetitivos empezaron a sonar, la cerveza empezó a llover.
“¡Ya encuerate!”, alentó alguien del público. Mientras la presentación avanzaba los insultos crecían. “Dicen que Guadalajara es una pinche provincia que no vale verga”, dijo su majestad, la gente al unísono comenzó a gritar “¡pito chico!”. “Dios me dió lo qué tengo”, alegó Silverio, “Pero ustedes pagan por verlo, cabrones”.
Con irreverencia su majestad se fue despojando de su brillante ropa mientras sonaba “Tu casa”, El público seguía insistiendo en el desnudo total. “¿Nomás vienen a verme la verga? pinches homosexuales de closet”, dijo el DJ con su voz qué se tornaba cada vez más ronca.
Los bruscos y toscos sonidos de “Salon de Belleza” ambientaron el momento cumbre cuando su majestad se liberó del pantalón para quedar en su característico calzoncillo rojo. El baile de los asistentes era catártico, de pronto, ante la mirada estupefacta de mujeres mayores y jóvenes por igual, Silverio dejó ver su flácido miembro. “Ya me la vieron, ya váyanse a la verga ¿a eso vinieron no?”.
En todo momento los vasos de cerveza volaron al escenario junto con escupitajos y el éxtasis de su majestad comenzó a salirse de control cuando hizo sonar el esperado tema “Perro”.
(Nota del redactor, recomiendo dejar de leer ahora y saltar el siguiente párrafo, ya que describo algunas situaciones altamente grotescas realizadas por su majestad imperial).
Uno de los escupitajos del público impactó de lleno en el pecho de Silverio, este lo tomó con su dedo, lo introdujo en su boca y lo lanzó de nuevo a la gente. Había una servilleta pegada en su bota, la utilizó para frotarse el trasero, después le lanzó la servilleta al público. De sus fosas nasales comenzó a escurrir un moco, inclinó la cabeza y lo dejó caer sobre una de las asistentes de la primera fila, “carga con tu cruz”, le dijo.
Escupió cerveza sobre los asistentes, acto que no fue tan grave porque se excusó diciendo: “A esto se le llama ser generoso”. llenó uno de sus zapatos con cerveza, se acercó a la primera fila y una chica la bebió completamente. Quizá el acto que generó más repulsión fue la masturbación qué se realizó en segundos frente a un teléfono que lo filmaba.
¿Por que la gente pagaría para que alguien los insulte, les arroje cerveza y haga actos totalmente irreverentes? tal vez porque experimentar todo eso mientras suena música abstracta es catártico.
El showman llevó la presentación cada vez más hacia el degenere, el alcohol que consumió le hizo la voz quebradiza pero no fue un impedimento para seguir lanzando insultos “los de la primera fila me la pelan” incluso se dirigió a uno del staff que se esforzaba por reducir la acumulación de vasos de cerveza sobre el escenario, “Que me ves pendejo, en dos segundos te mando matar”.
Hacia el final de la presentación, lo que comenzó siendo un dj set se había convertido en una mezcla de sonidos bizarros sin ritmo con un público extasiado que contemplaba a su majestad vestido únicamente con su truza roja moviéndose erráticamente por el escenario acompañado del joven que momentos antes se había lanzado al público. “un aplauso para el único cabrón que vale la pena, no como ustedes pinches pendejos”, dijo antes de mostrarle el dedo medio a la gente y retirarse.
Coméntanos y califica abajo. ¿Qué te pareció el concierto de Silverio en el Foro Independencia?
- La asistencia.
- Los teloneros.
- El consumo de alimentos y bebidas.
- La desorganización en el acceso.
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