Por: Jimmy Valentino.
Fotos: Christhian Ferenc.
Por segunda ocasión, la agrupación española Opera Magna visitó tierras tapatías como parte de su “Hijos de la tempestad tour 2017”. Esta vez el escenario del C3 Stage fue la sede donde se desató la tempestad. Esta es la historia de la noche en que fieles seguidores se reunieron para cantar canciones que hicieron derribar los cimientos de la humanidad.
Acto I: la noche cae como un manto otoñal.
La gente ingresó al venue de avenida Vallarta a las 7:00 pm, hubo algunas inconformidades almomento del acceso ya que los responsables de seguridad les exigían a los asistentes una identificación, sin excepción. El aforo fue mínimo. En el recinto había entre 100 y 120 personas aproximadamente, una muy baja asistencia. Pero no importó. Estaban ahí los que tenían que estar, verdaderos fans con power metal en el corazón. –Así con poca gente es más íntimo, más tranquilo– comentó un fanático que se encontraba hasta adelante. El público era variado, había un joven acompañado por su padre, parejas, una chica con muletas, miembros de bandas locales, personas con las copas encima antesde iniciar el show.
Hail & kill fueron los primeros en amenizar la noche y animar al público, después les siguieron Maleficae, la banda tributo a Mago de Oz proveniente de Aguascalientes quienes cumplen 10 años de trayectoria y por primera vez visitaban Guadalajara. Maleficae prendió a los asistentes y los hizo viajar al pasado con canciones clásicas de Mago. Tocaron “Satania” y “El Santo Grial”, continuaron con “Gaia” y finalmente cerraron con “Hasta que el cuerpo aguante”.
Acto II: E. A. Poe y Del amor y otros demonios.
A las 9:26 de la noche sonó el intro que anunciaba la esperada presentación de Opera Magna, la gente gritó, sacaron sus teléfonos y aplaudieron. Los valencianos iniciaron con “Horizontes” y “Para siempre”. José Vicente alentó al público –Vamos a pasar una noche con power metal, Guadalajara– sentenció como preludio a “El demonio de la perversidad”. No importó que que hubiera muy pocos asistentes, todos cantaron los versos de “Edgar Allan Poe” la canción perteneciente al disco temático referente al escritor estadounidense.
José se dirigió a los fieles asistentes, –Con la siguiente canción los quiero a todos despiertos-. Así comenzó “Sueño en un sueño” y le siguió “Por un corazón de piedra”. En el transcurso de la noche, la gente entró en éxtasis, algunos yacían sin camisa, otros hicieron el headbanging sin parar y la mayoría gritaban al unísono ¡opera! ¡opera! ¡opera!.
Con ese entusiasmo, la banda comenzó a tocar “Corazón delator”, una de las canciones más oscuras y favoritas de Jose quien al terminar exclamó: –Voy a dejar de dar gritos, que es lo único que sé hacer, para dejarlos con los que de verdad hacen música-. Así bajó del escenario para que sonara “Rojo escarlata”.
José Vicente regresó y presentó a sus compañeros. Enrique Mompó y Francisco Javier Nula en las guitarras, Alejandro Penella en el bajo y Adrián Romero en la batería, que por cierto, ese día fué su cumpleaños. Solo el tecladista Rubén Casas estuvo ausente por razones desconocidas. La noche se tornó íntima con “Retrato oval”, Enrique Mompó en el piano y Jose Vicente sentado cantando, lograron transmitir nostalgia al público.
Acto III: Todos somos hijos de la tempestad.
El espectáculo de Opera Magna se terminaba, todo llegaba a su fin, pero no podían irse sindarle a los fans más power metal. Después del encore la gente gritó y estalló con “El pozo y el péndulo”, “Hijos de la tempestad” y “La herida” dando fin a la épica noche. La banda se despidió. Pero de pronto, todos los asistentes comenzaron a cantar “las mañanitas”, con el corazón fueron dedicadas al baterista Adrián Romero quién no tenía palabras para agradecer el hermoso gesto de los fans. Y así fue como terminó la presentación de los españoles durante una hora y media de concierto, con pocos pero fieles asistentes que se entregaron a la música en un acto que les otorgó un lugar en la historia que jamás ha de acabar.
Coméntanos y califica abajo ¿Que te pareció el concierto de Opera Magna?
- Buen ambiente.
- La entrega de la banda hacia su público.
- Los fans cantandole las mañanitas al baterista de Opera Magna.
- La poca asistencia al show.
- Algunas fallas técnicas.