Texto: UnBeto
Fotos cortesía de: Aldo Nolasco
Entre la intermitencia de los dos festivales de música del país, donde la banda australiana es headliner en ambas, Tame Impala le regaló a Guadalajara una noche llena de psicodelia entre su peculiar sonido acompañado de un poderoso show de imágenes experimentales y juegos de luces que nos volaron la cabeza.
Con el boletaje agotado, el Auditorio Telmex recibió a miles de asistentes que esperaban recordar la maravillosa experiencia de los grandes conciertos a los que estábamos acostumbrados en tiempos de prepandemia y que tanto nos hacia falta, y claro manteniendo los protocolos que ya conocemos, donde poco a poco regresamos a esta dinámica que tanto amamos.
Sailawway, proyecto nacido en Monterrey y catalogado dentro del dream pop, fue la banda encargada de abrir el concierto y calentar los motores de los asistentes a las 20:15 hrs. Liderados por Fernanda Fuentes, interpretaron temas como Fragments (2017) y Townhouse Sesions (2021) que fueron bien recibidos por el público que se había acumulado en el recinto hasta el momento.
Tras la espera de varios minutos, en lo que preparaban los últimos detalles abruptamente se apagaron todas las luces, revelando así en la pantalla un video que mostraba una mujer, la cual anunciaba Rushium un medicamento para la terapia y tratamiento del tiempo, mejorando la percepción del mismo sobre lo que nos apasiona, así como una advertencia sobre los efectos que podrían durar hasta 48 horas, donde no habría nada de que preocuparse, presentándonos así la gira Slow Rush de una forma bastante creativa y acorde a lo que nos esperaría,
Con un derroche de energía, y un emplazamiento de sonidos y luces estroboscópicas, fue que apareció la agrupación en el escenario, haciendo que de manera inmediata todo el auditorio olvidara que tenía una butaca detrás y se mantuviera en pie el resto de la noche.
Toda la noche, canción tras canción el show de luces lució de sobre manera, con una media luna de proyectores detrás de los artistas, hilos de luz láser a través de todo el recinto y lo más destacable, un aro suspendido en la parte superior la cual giraba, subía y bajaba, que también aportaba al asombroso show de colores que armonizaron las interpretaciones de la querida banda.
El público mantuvo su rush de forma constate toda la noche, pero podemos destacar algunas piezas donde la gente explotó, bailó y cantó; como Borderline, Breathe Deeper, del más reciente disco Slow Rush (2020) y las canciones que han construido su trayectoria Elephant, Let it Happen y Feels Like We Only Go Backwards.
Varias veces el vocalista Kevin Parker agradeció, en español, la asistencia al público, mencionando que México es de sus lugares favoritos, y estos regresaron el gesto al entonar en coro “Kevin, Kevin, Kevin”.
Como ya es tradición de las grandes agrupaciones, se retiraron dejando calmo el escenario, y con esta finta reafirmar el compromiso de los fans al exigir una pieza más, que era clave para una noche épica de este calibre, así fue como regresaron a interpretar su canción más conocida, The Less I Know The Better (2015) y tras ésta finalmente terminaron la noche con One More Hour del más reciente disco.
El proyecto musical de Tame Impala sin duda pasó de ser esa banda hipster que pocos conocían a posicionarse como una de las agrupaciones más importantes de la última década, ya que sus composiciones se pueden disfrutar bajo distintas dinámicas, desde la fiesta con tu trago en la mano, hasta la introspección personal en soledad. Entiendo lo delicado del siguiente comentario, pero llegó un momento en la noche cuando Parker interpretaba un largo solo de guitarra, que dio para pensar en que quizá Tame Impala, si sean el Pink Floyd de nuestra época.
Sin duda podemos afirmar que esta noche fue el evento del mes en nuestra querida perla, si no es que del año, y que la mujer del video del inicio del show tenía razón, los efectos del Rushium nos durarán más de 48 horas.
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¿Qué te pareció el concierto de Tame Impala en el Auditorio Telmex?
- Un show de luces espectacular.
- El aprecio de la banda por el público tapatío.
- Dos horas que cumplieron lo que prometieron.
- No hubo lugares marcados como no disponibles para garantizar sana distancia.
- Mucha gente se quitó el cubrebocas.
- Un par de personas fumaron dentro de las instalaciones.