Por Andrés Solis.

El año pasado, Pitchfork lanzó una lista de los mejores 200 álbumes de la década del 2010. Uno ya se esperaba ciertos nombres; Grimes, Kanye West, Lana del Rey, entre otros que ya encabezan los festivales más importantes de todo el mundo.

Pero hubo un nombre en particular que llamó mucho la atención, pues cómo un chico de Long Beach dejó en segundo puesto a My Beautiful Dark Twisted Fantasy (2010). Todos los medios hablaron de él y de su innegable talento, así que hoy día, para festejar su cumpleaños número 33, repasaremos los aspectos más importantes del por qué creemos que Frank Ocean es sin duda el artista más importante de los últimos años.

Primeros pasos

Como muchos soñadores, Frank Ocean comenzó a realizar sus primeras maquetas desde su casa y las mandaba a un montón de discográficas, a ver cuál pegaba; desafortunadamente (o afortunada, ya verán por qué) como músico no tuvo gran recibimiento entre las productoras pero fue allí cuando se dieron cuenta que él era un excelente letrista. Fue cuando lo reclutaron para trabajar de letrista para gente como Beyoncé o Justin Bieber. 

Ya con un guardadito estable, volvió a apostar a la música, pero seguía sin ser relevante, por lo que optó con entrar al colectivo Odd Future, conjunto de rap alternativo de donde saldría gente muy importante hoy día como Tyler, The Creator, The Internet o Earl Sweatshirt. Desde aquí nos damos cuenta un poco de la influencia directa que tuvo Frank Ocean en sus posteriores trabajos como solista, pues en Odd Future abundaba la conjución del R&B con hip-hop y hasta destellos de electrónica.

Lo que lo destacó por sobre el resto sin importar su corta estadía en el grupo fueron sus letras, unas letras con las que todo mundo conectaba de maravilla con lo que él decía, era como si entendiera por lo que estábamos pasando. 

Fue en 2011 cuando lanza Nostalgia, Ultra (2011), un mixtape casero y que se logra sentir íntimo, con el que enfrentó sus primeras dificultades, puesto que las canciones traían muchísimos samples de películas, otras canciones, videojuegos y demás que lo obligó a lanzarlo de manera gratuita. Algunos críticos catalogaron el mixtape dentro de lo mejor de aquel año. Lo bueno de aquel mixtape era la estructura del mismo trabajo; emocionalmente el álbum es más nostálgico (pues desde el nombre, ¿no?), pero, al igual que en todos sus trabajos, el trabajo lírico es excepcional, es bellísimo.

¿Pero por qué son tan buenas las letras? Pues la técnica y estructura de las letras es fundamental, cada canción de Frank Ocean es una pequeña historia que te plantea un contexto, un desarrollo y cómo termina esta historia. Lo más llamativo y lo que le da la magia es que estas letras son sobre experiencias propias de Frank Ocean. Todos sabemos que cualquiera puede contarnos una historia, pero la magia está en la manera de contarla. Además el dominio técnico del idioma lo hace un extraordinario letrista, pero lo que personalmente creo que es tan buen letrista es porque todas las canciones abordan temáticas con las que todos nos podemos sentir identificados, pero de una manera espectacular.

Camino al reconocimiento global

Posterior a este mixtape, Frank Ocean comenzó a llamar la atención de mucha gente y fue allí cuando lo ficharon Def Jam Japan para grabar lo que sería su primer álbum de estudio. Chanel Orange (2012) fue lo que catapultó mundialmente a la fama a Frank por su contenido tan personal e introspectivo, lo que nos hizo conocer un poco más sus ideales y expectativas que la fama y el reconocimiento que ya estaba recibiendo. 

Lo más destacable de este hermoso álbum es que siguió esa atmósfera casera, como si Frank hubiese hecho este disco en su casa, y bien podría fíjate, pero obviamente se necesitan más instrumentos y material que el estudio le facilitó. Las letras obviamente no se quedan atrás, todo el mundo suena más pulido líricamente e instrumental, y como te dije más arriba, este disco se enfocó más en mostrarnos quién es Frank Ocean en realidad.

Si tuviéramos que definir este disco en unas cuantas palabras sería romántico y melancólico, como casi toda la discografía del estadounidense. 

La consagración como hito

Luego de este álbum que lo llevó a tocar en diversos lugares, Frank volvería hasta 2016 con el que Pitchfork y críticos de todo el mundo catalogaron como el mejor disco de toda una década. Señores, Blonde. 

¿Qué puedo decir de este álbum que no se haya dicho ya? Es una barbaridad, una cosa hermosa, bien hecha. Si los anteriores trabajos te parecían nostálgicos e íntimos, Blonde está completamente a otro nivel, tanto lírico, musical y hasta conceptualmente. 

Nuevamente las letras son el plato fuerte de Frank Ocean. En rolas como el ya clásico Nikes nos enseña una faceta interna suya, lo que le atormenta, lo que lo hace sentir vulnerable. Y escucharlo cantar esto acompañado de un beat lento y ese sintetizador tenue nos llena de nostalgia estemos donde estemos, pues nos hace sentir que la canción está hecha completamente para nosotros por lo bien que queda en la vida de cada persona.

La técnica lírica es más que evidente de nueva cuenta acá, desde las rimas, metáforas y demás. El amor y la nostalgia son el plato principal otra vez, pero en esta ocasión lo que hace a Blonde tan especial es que Frank Ocean es que te transmite todo el sentimiento implícito en la canción. Lo cuenta desde su perspectiva, en primera persona, y tan inmersivo es esta experiencia que no se sabe a ciencia cierto cuándo dejan o no de ser biográficas las anécdotas o historias que cuenta. Este es el claro momento donde Frank Ocean se consagró como uno de los hitos más importante de la música de los últimos años.

En resumidas cuentas, este disco muestra una mejoría enorme comparando con sus anteriores trabajos, y si estos ya eran muy buenos ahora imagínate cómo está Blonde. Creo que todas las canciones del álbum son buenísimas, hermosas, todo el disco es destacable en sí mismo. 

Este 2020, Frank Ocean encabezaría el Coachella, cerraría el escenario principal el último día y esa evolución como artista es enorme. Hay una brecha gigante entre ser nadie y ser el monstruo en el que se convirtió Frank Ocean en tan solo unos años. Es un ejemplo de motivación, de perseverancia y de cómo escribir de una manera tan hermosa. 

Y es que sí, Frank Ocean es fácilmente el letrista más importante de los últimos años, y generalmente el artista más grande e influyente, pues a raíz de sus letras o instrumentalización, muchos músicos siguieron su ejemplo. Impuso algo nuevo: una música sencilla, digerible para todos, adaptable para cada persona, una magia inmensa. Frank Ocean nos dio un mundo inmersivo que una vez que entras no quieres salir.

 

 

 

 

Andrés

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