Texto por: Paola Mendoza
Fotos por: Daniel Solís
En medio de la oscuridad, una silueta. Un sujeto colgado, luchando entre las cuerdas de su propio fin y el inicio del show Cuauh, el trappero que ha conquistado las plataformas y los escenarios con su sonido estridente y un estilo único en su tipo.
Jugando de local, el bar Cactux Gastrocultural, en la ciudad de Morelia, estaba repleto. El público se unió de una a la vibra discordante de un show que prometía una noche de música, amigos y descontrol, todo lo que nos gusta.
Para inaugurar la velada, el artista abrió el escenario de la mano de un megáfono mientras las luces de fondo crearon una atmósfera de tensión y choque, “Metralleta” sonó en todo su esplendor, entre beats bajos, el sonido de la trompeta y una potente batería.
Ya calientitos, Cuauh nos lanzó “Me levanto solo”, un potente discurso con una energía que levantó a los asistentes del piso, los primeros dejos de un slam y un par de cabezazos al aire fueron interrumpidos por Cuauhtli, quien hizo un pequeño interludio para agradecer a su crew y presentar una de las primeras sorpresas de la noche.
Como el primer invitado a escena, Iván de la Rioja, integrante de Daniel, Me Estás Matando, tomó el micrófono para bromear acerca de su relación con Cuauh y seguir con uno de los remixes más famosos del bolero glam, “Ya sé”, una rola que se cantó hasta la última letra.
Los invitados siguieron cayendo al escenario, tocó el turno de otro viejo clásico de Morelia, el cantante Axel Catalán, quien salió a escena para presentar por primera vez en vivo la colaboración entre ambos músicos “Virtual”; un momento de compas y la familia.
Antes de presenciar la segunda mitad del show, se sumó a escena Walter Esaú – mejor conocido como Negrø -, en conjunto con Catalán, se aventó “Perro Viejo”, una de las producciones que se cocinó bajo el sello de Sin Futuro Records, por el año 2016. Además, Negrø tocó “Bajar Avión”, con un coro a una sola voz en todo el recinto.
Previo a pasar a la segunda parte del show, Cuauh se unió al escenario con Axel y Walter para agradecer la presencia de compas que marcaron su vida y su música, pero que también abrieron y cambiaron la escena en Morelia.
Entrados en calor, Cuauh sorprendió al público con un cover de “HENTAI” de Rosalia, una mezcla estridente de bajos y la voz raposa que le dio un nuevo giro a uno de los éxitos de “Motomami”, una rola que sirvió como interlude para parte más heavy del show.
Cuando las primeras bases de “Amanecí en el Cielo” sonaron acompañadas del beatbox de Cuauh, el público lo perdió todo. La pena había quedado de lado, estábamos en un show de amigos en el que loquear era completamente necesario.
El juego de luces acompañadas de materia rítmica con humo dieron una perspectiva diferente del escenario, un Cuauh envuelto entre luces y sombras que desde la oscuridad regalaba beats y poses del otro mundo, una experiencia sensorial.
Al sonar la base de “Tamos Feos”, Cactux ya era otra cosa. El público estaba desquiciado, la gente se comenzó aventar entre sí, a subirse en hombros de sus amigos y arrojar chela, la noche había llegado a su punto máximo y el show todavía tenía un par de rolas más.
Con una explicación previa del contexto de la rola, Cuauh tocó “Voa Morir Joven” y como si de un himno se tratase, el público la coreó y brincó con ella de inicio a fin, los ánimos estaban al tope y cómo no, si “This is America con Ropa de la Paca” seguía de cortito.
Para cerrar la noche, el artista agradeció a quienes asistieron al show, así como a todos aquellos que ayudaron en su realización, sólo para culminar la presentación con “Fuck Futuro” debajo del escenario, entre el slam, los compas, el sudor y la chela.
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- La calidad del sonido.
- La energía del cantante y el público moreliano.
- Los invitados especiales.
- El contraluz al público.