Fotos y texto: Diego Reyes
Más de 10 mil emociones diferentes se vivieron con André Rieu en el Auditorio Telmex
De lo clásico a lo divertido, de la interpretación al show, de lo visual a las lágrimas, de las voces a la «piel chinita», de las palabras a lo entretenido. Esto define completamente los conciertos que André Rieu acompañado de su Orquesta «Johann Strauss» exhiben y demuestran ante cualquier público que se cita para contemplarlos.
Ante un Auditorio Telmex completamente lleno, se llegó el día de Octubre que más de 10 mil personas esperaron durante casi un año que se anunció el regreso del gran músico holandés a tierras tapatías. Como es costumbre de este género de eventos y sobre aviso, el concierto dio comienzo en punto de las 09:00 pm con la entrada triunfal de André, seguido por su orquesta por los pasillos del recinto y donde la gente comenzaba a sentir la emoción que trasmite toda la agrupación.
El rey del vals aprovechó el término de su primera pieza para presentar su gran Orquesta que está compuesta por más de 40 músicos y que como comentó él, es un grupo internacional, con más de 10 nacionalidades diferentes que comparten el escenario y conocimiento para crear este gran conjunto.
Con los ánimos del público poco a poco destapándose, Rieu aprovechó para interactuar con el público al mencionar a dos de los equipos tapatíos de futbol, alentando a que las «Chivas» era el equipo y que el «Atlas» también tiene un gran número de seguidores o «inchas», no sin antes finalizar con una frase que a más de la mitad de la audiencia motivó: «And Chivas will be champion!!».
Uno de los momentos mágicos de la noche ocurrió con la integración de la soprano chilena, Laura Engel, interpretando un clásico de la música mexicana, Bésamo Mucho. Una interpretación que demostró que su voz es única y que convierte las emociones internas en expresiones externas como lágrimas, cerrar los ojos o mover las manos y cabeza al ritmo de la melodía.
«Es imposible no derramar una lágrima o que se te enchine la piel con la hermosura de la música y la voz de los sopranos»
Otro momento cúspide de la noche se dio cuando André Rieu advirtió que en cada rincón y lugar alrededor de más de 100 países la siguiente melodía provocaba que la gente siga sus instintos de movimiento corporal, expresado en el baile. Comenzando los primeros sonidos del maravilloso Vals «El Danubio Azul» las parejas desde niños, adultos y en su mayoría adultos mayores comenzaron a llenar los pasillos del Auditorio para bailar los pasos básicos de un vals, muchos recordando momentos importantes de su vida como su boda, aniversarios, etc.
Con más de 2 horas de concierto y cerca de la media noche, en las pantallas gigantes del recinto se expresó el orgullo mexicano mostrado en la bandera del país. Detalle que llenó de júbilo al público y que André respondió con dos piezas únicas cuando pisa nuestro querido país, nos referimos a «Cielito Lindo» y «Jarabe Tapatío», dos piezas que fueron el cierre de una magnífica y mágica noche de hermosa música.
Coméntanos y califica abajo ¿Qué te pareció el concierto de André Rieu en Guadalajara?
- El respeto de los asistentes hacia el show
- La majestuosidad de la música
- La interacción de André con el público