Después de que Daddy Yankee anunciara al mundo su retiro de los escenarios, con ello también se presentó su gira mundial bajo el nombre de “La Última Vuelta World Tour”, por lo que la ciudad de Guadalajara se preparaba para recibirlo con los brazos abiertos.
La fecha original para este gran show estaba fijada para el 26 de noviembre, sin embargo después de la evidente euforia del público tapatío y en vista del abrumador sold out, se decidió abrir una segunda fecha, que tuvo lugar el 27 del mismo mes.
Como era de esperarse, desde que se ingresaba al recinto se podía sentir toda la energía de los fans, ilusionados por ver a un grande, no solo de la música urbana en América latina, sino del mundo, por lo que apresurados iban ingresando al recinto a la espera de lo que la noche les deparaba.
A medida que el público iba tomando sus lugares, la expectativa se incrementaba y en medio de la multitud uno de los asistentes no pudo evitar destacar, ya que llegando a uno de los palcos se pudo ver a nada más y nada menos que Ángel Quesada, mejor conocido como Santa Fe Klan, el cual entre vítores y aplausos se dejó consentir por su público, quién lo colmó de amor como si de su propio show se tratara.
Es poco decir que toda la velada estuvo llena de sorpresas, comenzando con la bienvenida, que con apoyo de un enjambre de drones, en el cielo se fueron dejando señales del tremendo show que estaba por acontecer. Cambiando cada 30 segundos de mensajes como si de una marquesina se tratara, uno a uno se podía leer en el cielo “The Big Boss”, “Daddy Yankee” “La Última Vuelta” “Guadalajara” “Viva México” y claro hicieron su aparición la figura de una bomba de gasolina, la bandera de México y por último un avión que poco a poco se fue desplazando hacia el escenario, simulando así la llegada del ídolo.
En un desplante descomunal de fuerza, creatividad y potencia que demuestran el aprendizaje adquirido después de más de tres décadas de trayectoria, Daddy Yankee se encargó de demostrar cómo se ganó el título de ser el principal exponente del reggaetón a nivel mundial. Entre luces coordinadas con pirotecnia, visuales impecables y bailarines con energía ilimitada, El Jefe, inició su presentación con la canción “Campeón”, sencillo en el que precisamente se plasma su sentir respecto a que después de dedicar gran parte de su vida y todo su esfuerzo a la música, por fin siente que llegó a su meta, y que se retira como el indiscutible campeón del género.
Para quien no está familiarizado con Daddy Yankee quizá será una sorpresa leer que este show fue extremadamente íntimo y cargado de mensajes profundos, dirigidos principalmente a la juventud, sin embargo lo anterior es algo que ha caracterizado a este grande, sobretodo en su natal Puerto Rico, ya que a lo largo de su carrera ha hecho énfasis en la importancia de ayudar al prójimo, transmitiendo valores de apoyo, armonía y superación personal en cada oportunidad, es por ello que cada vez que pausaba entre sus más grandes éxitos y se daba el tiempo de hablar desde el corazón, realmente se volvía cautivador, ya que invitaba a todos aquellos con un sueño a que lo vieran a él como un ejemplo de que se puede salir del barrio y se puede lograr el éxito, desde abajo, con mucho trabajo y confiando en uno mismo y en su gente..
El repertorio musical de esta leyenda de la música es tremendo, pero la selección para esta presentación incluía temas como “Rompe”, “Tu Príncipe”, “Limbo” y por supuesto “Despacito”, pero claro, no podían faltar sus colaboraciones con otros grandes como son Wisin y Yandel, Looney Tunes, Ozuna, Bad Bunny, y más, a quienes dentro del concierto les dio su debido reconocimiento a través de su aparición en pantalla, acompañando así, una vez más a esta estrella, incluso en los últimos momentos de su trayectoria.
Si bien, hacia el final del espectáculo la energía solo iba en aumento, teniendo su cúspide al momento de sonar “La Gasolina”, aquel himno que catapultó al puertorriqueño a la órbita mundial, lo cierto es que las despedidas se hicieron antes y de forma muy sentida, como si Daddy Yankee quisiera que el mismo cierre de su presentación fuera una fiesta y no algo triste, sin embargo, casi a la mitad del evento, al borde del llanto DY se pronunció totalmente agradecido con su público, así como inspirado con la cultura mexicana, ya que él mismo señaló que en nuestro país ha sido tratado un hermano, a lo que el público sin dudarlo respondió coreando “¡Daddy, hermano, ya eres mexicano!”
Finalmente, y dejando huella como pocos, el sonido de los fuegos artificiales se mezcló con los últimos beats de la presentación y The Big Boss entregó un último regalo a los Tapatíos, con un despliegue descomunal de pirotecnia, en el cual, destello tras destello se fue llenando el cielo del recinto, dejando en los presentes la satisfactoria sensación del fin de una era dentro del género, pero la certeza de que desde el principio, la fiesta no paró.
Coméntanos y califica abajo.
¿Qué te pareció la presentación de Daddy Yankee en el Estadio 3 de marzo?
- El espectáculo, los visuales, la pirotecnia y la energía de DY.
- El recinto y la logística, fue complicado entrar y mucho más complicado salir.