Texto por: Miguel Ramírez
Fotos por: Fanny López
El recibidor del Conjunto Santander, como siempre, se encontraba muy limpio y contaba con muchos lugares para sentarse y platicar antes del evento. También disponía de suficientes trabajadores que te guiaban dentro del lugar, y una barra de alimentos y bebidas que estaba llena. Poco antes de las 9 de la noche, se dieron la primera y segunda llamada, mientras que en el escenario una pantalla parecía emitir una luz morada que titilaba sobre los instrumentos.
A las 9 de la noche, aparecieron en escena los músicos de Sean. En la batería, Domo Branch; en el bajo, Felix Moseholm; y en la trompeta, Tony Glausi. Sean Mason hizo su aparición unos minutos después, siendo ovacionado por el público y vistiendo una chaqueta dorada con mucho estilo.
Comenzaron con la primera pieza, que dejó al público alucinado. Los sonidos que producía Domo en la batería eran curiosos, ya que todos eran sonidos bajos, como rasgar los platillos o tocar los tambores con delicadeza. Aunque eran bajos, se hacían presentes en su totalidad. Por otro lado, Tony en la trompeta solo tocaba pequeñas partes de la canción y se dedicaba a responder al piano. Felix era como la sal en un caldo, ya que su presencia se diluía entre los sonidos, pero definía el sabor de la canción.
La primera pieza terminó después de 20 minutos consecutivos de música. Dentro de la pieza, hubo una parte minimalista en la que solo sonaron el bajo y la batería a un nivel sonoro muy bajo, tanto que incluso los pasos de alguien caminando dentro del recinto se escuchaban, Luego comenzaron una segunda pieza, que también fue de larga duración. Cada vez que había un silencio en ella, el público aplaudía a Sean.
En la tercera pieza, Sean Mason se dirigió al público a través de Tony, quien habla español, y dijo: «Hola Guadalajara, he estado en muchas partes del mundo interpretando mis canciones y aquí en Guadalajara es la primera vez que me encuentro con esta efusividad en los aplausos. Muchas gracias. La siguiente canción la interpretaré yo solo». Los músicos dejaron a Sean solo en el escenario con su piano, creando una escena que parecía sacada de una película. El fondo se tornó de un amarillo mostaza, que combinaba con los zapatos y la chaqueta de Sean, mientras el sonido que emergía de su piano era simplemente angelical.
Luego, todos los músicos regresaron y realizaron una sesión de dos piezas en las que hubo dos partes grandiosas en las que solo el baterista y el bajista tocaban. Además, la destreza de Sean en el piano se hizo notable de manera maravillosa. Al terminar estas piezas, los músicos se dirigieron al centro del escenario, hicieron una reverencia y salieron.
Hubo una canción de Encore, que fácilmente pudieron haber improvisado en el momento, ya que la destreza de los músicos fue genial. En comparación con las demás, esta última pieza fue mucho más animada y con mucho swing. Al finalizar, los músicos volvieron a hacer una reverencia mientras el público aplaudía fuertemente, algunos incluso de pie. En definitiva, el concierto dejó una vibración de calidez, ritmo y mucho amor por el jazz. Sin lugar a dudas, esperamos que Sean Mason regrese a la ciudad y, claramente, se espera con ansias el cuarto concierto de los NY Jazz All Stars 2023 en Guadalajara.
Coméntanos y califica abajo.
¿Qué te pareció la presentación de Sean Mason en el Conjunto Santander?
- Lo animado que se veia el baterista
- La atencion del staff
- La cerveza y alimentos está a un precio razonable.
- La parte de arriba de la sala estaba sola
- Las personas que entran despues de iniciado y hacen ruido.