Texto: Michel Reyes Contreras.
Fotos: Christhian Ferenc.
Los 90’s se apoderaron del Teatro Diana, todo esto comandado por Les Claypool y su banda Primus, una noche llena de lisérgica visual donde el “Funk Metal”, así denominado por muchos para identificar el sonido de esta peculiar banda, no se hizo esperar para comenzar a reventar los tímpanos de los tapatíos.
Con su último pero no tan nuevo hijo bajo el brazo, “The Desaturating Seven”, este trío californiano tuvo el pretexto idóneo para visitar por primera vez en la vida la “Perla de Occidente”.
“Sailing The Seas Of Cheese” y su tema “Those Damned Blue‐Collar Tweekers” fue el álbum vástago quien se encargo de darle rienda suelta a las cabezas de los asistentes que abarrotaban el Diana, seguido de otro de sus brotes aún más viejos, “Frizzle Fry”, del cual desprendieron “Too Many Puppies” y otro tema más de Sailing the…, «Sgt.Baker«, siendo un momento chusco cuando “Les” comentó que tocarían estos temas sin parar una y otra vez.
Fue así que “Les” dio apertura al tema “Last Salmon Man” siguiendo con “Frizzle Fry”, acuñando poco a poco la atención de los presentes en la hipnótica noche, “Les” también nos dio cátedra de el porqué se le considera uno de los mejores bajistas en la historia, sacudiendo las fibras del auditorio con el bajo eléctrico “Les” comenzó a tocar “Jilly’s on Smack” acompañado de su mascara de puerco, donde Larry LaLonde lo acompañó e hipnotizó, o por lo menos a mi y varios de los presentes, con su requinto tan peculiar de “Jilly’s”.
No dejemos de lado el humorístico de los requintos del estereotipo musical del folclor mexicano, “La Cucaracha”. Fue así como Primus terminaría interpretando temas de sus antiguos álbumes y recurrirían a un chistoso e inesperado intermedio, donde regodearían a los presentes con tiras cómicas de “Popeye el Marino” de los años 30’s.
La audiencia expectante de como abrirían su segundo set musical, “Les” dio una pequeña pista al tocar un pequeño estribillo del himno nacional norteamericano, esto como preludio para dar paso a su tema “American Life”, el cual también sirvió de preámbulo para unas cuantas rechifladas dirigidas a nuestro país vecino.
La noche llena de expectativas musicales se complementó gracias a una de sus canciones más icónicas, “Here comes the Bastards”, la cual cabe recalcar fue un deleite y un cúmulo de reminiscencias para muchos de los presentes. Casi dando por cerrada su presentación, Primus nos dejó boquiabiertos a muchos de los auditivos con un segundo set cargado de ese toque y sonido gordo por el cual Primus se convierte en una de esas bandas de culto para todo melómano.
La velada nos dejó con un gran recuerdo musical con temas como “Wynona’s Big Brown Beaver”, “My Name Is Mud”, “Jerry was a Race Car Driver”, entre otras, cabe destacar que para sorpresa y gusto de muchos, me incluyo, tocaron muy pocos temas de su último retoño, el cual a gusto personal es bueno, pero no podría recomendarlo como un referente para alinear a las filas de Primus un nuevo amante de la banda.
Coméntanos y califica abajo. ¿Qué te pareció el concierto de Primus en el Teatro Diana?
- La visita única y primeriza de los californianos.
- Gran sentido del humor de Les Claypool.
- El poco común intermedio que duró varios minutos, cortó la atmósfera que se creó al inicio.