Texto: Desireé Ramírez.
Fotos: José Flores.
El sábado 27 de abril, nos reunimos en un festival en Tequila Jalisco, en medio de los campos de agave de una tequilera para disfrutar del ritual musical que Akamba preparó para su público.
Las actividades comenzaron a partir de las 3:00 de la tarde que comenzaba el ingreso al festival que a los recién llegados nos reciben los patrocinadores con una bebida refrescante con tequila, la cual se agradeció para amortiguar el calor que sofocaba el ambiente.
Sotomayor fue de los primeros actos que presenciamos a pesar del imponente sol que se postraba sobre nosotros. En seguida el poderoso afrobeat de Golden Dawn Arkestra abrió punta al baile y la fiesta que a la par con el otro escenario y las mezclas de YKonosh que ponían a bailar a los asistentes refugiados en la poco sombra que encontrábamos.
Sin duda una de las presentaciones más esperadas por el público fue la de Connan Mockasin, quien se encargó de llenarnos de ese rock calmadito y psicodélico con forme el poderoso Sol baja la intensidad y nos permitía disfrutar de lentos bailes y las melodías del rock hipnótico que nos regalaron esa tarde. A su vez el mismo Connan al terminar su presentación, se dirigió al público para agradecer la compañía y transmitir la felicidad que le daba el regresar al país, mensaje que el tecladista de la banda repitió pero en un perfecto español, lo cual sorprendió a los espectadores.
Con su sonidos latinos mezclados con música electrónica, Chancha Via Circuito fueron acompañados por los colores del atardecer y con tremendos bailes nos fuimos despidiendo del Señor Sol, lo cuál hizo más especial su presentación.Mientras tanto en el otro escenario Andy Martin, sacudía grandes nubes de tierra al ritmo de los beats que se aventaba.
Llega el turno de Kelela, y el escenario principal se llena de sus seguidores, quienes quedaron fascinados por la potente y dulce voz que adornaba con increíbles coreografías que nos fueron hipnotizando al ritmo de sus éxitos. Es importante destacar que Kelela tiene una fuerte presencia en el escenario que combinada con su hermosa voz, los bailes que la acompañaban pudieran quedar en segundo plano, pero no fue así, ya que supo crear una armonía con lo que la rodeaba en el escenario y por supuesto con su público quienes quedaron satisfechos al terminar su show.
L’imperatrice vino a transportarnos a otra época con su música disco con tintes de funk, un show que realmente prometía y cumplió con todo el dancefloor moviéndose de una lado a otro con la propuesta que esta agrupación nos ofreció y su sonido único y pegajoso. Definitivamente del top de presentaciones en este festival.
Mientras Iñigo Vontier explotaba el escenario ORI, el tradicional ritual en la fogata comienza recordándonos la intención de este festival que es “La celebración al fuego, el ritmo y la tierra” con un espectáculo de acrobacias alrededor de la fogata.
En cuanto a la presentación de Toro y Moi podemos decir que además de tener un escenario muy oscuro, se sintió como un set muy apresurado, como si tuvieran que salir corriendo al terminar su show, ya que las canciones no se interpretaron completas y el setlist fue demasiado corto, interpretando en su mayoría canciones de su más reciente material “Outer Peace”, el climax fue en “Freelance” “Ordinary Pleasure” y de su material del 2013 “Say That”. Realmente nos dejó con ganas de seguir coreando y bailando sus éxitos, esperemos su regreso para un show completo y apropiado ya que es un gran artista y sus interpretaciones en vivo fueron dignas del exponente musical en el que se ha convertido.
De madrugada y la celebración no termina, David Angust llegó para hacernos saber que la noche es larga y podemos bailar en diferentes ritmos, llevándonos desde lo más tranquilo de la electrónica hasta lo más WTF!? para algunos. Sus sonidos minimalistas enloquecieron y armaron la fiesta en grande activando la pila para seguir con lo que restaba del festival. Lo que fue Stravos, Romare y Monolink, fueron presentaciones de gran calidad y dignas de un buen afterparty que mantuvo a los ferrados sacando sus mejores pasos hasta que encendieron las luces del lugar anunciando el final.
Realizar un festival a las afueras de la ciudad es todo un reto, más tratándose del tema de arribo al venue, sin embargo Akamba, preocupándose por la comodidad y resguardar la seguridad de sus asistentes logró ofrecer una buena dinámica de transporte, que consistía en tomar un camión que salía del estacionamiento de Plaza Galerías y te llevaba al festival. A su vez el regreso constaba con 3 horarios de salida, para la comodidad de los viajantes, regresando al mismo punto de partida. Sin embargo, falló un poco la organización con los puntos de espera de los autobuses ya que no estaban muy claros y el personal desconocía la dinámica del regreso. Al final todo salió bien hablando de la selección musical, en cuanto a la experiencia en el festival las grandes tormentas de tierra no lo hacían tan placentero, las bebidas, la ropa y la comida estaban espolvoreadas de la tierra roja que alfombraba el lugar, a esto le sumamos la falta de espacios para poder descansar, eran limitados el número de equipales y bancos en el lugar, todo lo demás era tierra, al igual que los espacios para resguardarse del potente sol y sofocante calor durante el día.
Coméntanos y califica abajo. ¿Que te pareció el festival Akamba en su edición 2019?
- El lineup, el arte y la decoración.
- Dinámica de transporte.
- Precio del evento y el setlist.
- La tierra y los baños.
- La falta de más espacios con sombra.
- Enormes filas para comprar lo que fuera y los precios.