Echoes Festival 2025: Música, amigos y diversión

Texto por: Bonnie Hagar
Fotos por: Luis Alberto Pérez López

El pasado sábado 29 de noviembre, Tesistown se transformó en ese lugar en el que todos queríamos estar, con la nueva edición del Echoes Festival. Desde que abrieron puertas a las 15:00 h, ya se sentía la energía de un público listo para vivir un día libre, musical y muy emocional, aunque llegar no fue fácil: el tráfico eterno de Juan Gil Preciado, las obras y las filas para entrar hicieron que más de uno llegara agobiado. Pero una vez dentro… el mood cambiaba por completo.

Disco Bahía inauguró el escenario del festival, con su energía ligera, bailable y cálida, nos puso a todos a disfrutar de un set electrónico vibrante, el arranque perfecto para ir entrando en calor, mientras poco a poco el festival iba recibiendo a los más aventados que no querían perderse de ningún artista.

El atardecer llegó y el ambiente se transformó cuando Puma Blue apareció. Su voz profunda y su energía melancólica combinaron perfecto con el cielo dorado, la gente alzaba sus bebidas, grababa historias, abrazaba amigos…. Fue uno de esos momentos que te hacen suspirar sin darte cuenta, como si el festival se hubiera detenido un segundo para dejarnos disfrutar.

Conforme el sol bajaba, subía el hambre, y la zona de comida se volvió el hotspot: había opciones para todos. Como ya es costumbre en los festivales, todo funcionaba con sistema cashless, pero aquí vino un mini plot twist: la tarjeta facilitaba las compras, sí, pero complicaba el reembolso al final. Mucha gente se quedó preguntando cómo recuperar esos pesos sobrantes.

Entre mordidas, risas y vasos de cerveza, la noche fue tomando forma. El mood cambió radicalmente cuando Two Feet salió a escena. La vibra sexy, el bajo profundo, la guitarra intensa y el aura oscura del artista pusieron a todos en el festival en modo sensual, donde más de uno tuvo flashbacks dignos de playlist privada (guiño, guiño). 

Luego llegó una bocanada de aire fresco desde Alemania. Zimmer90 tomando el control del escenario con una energía dulce, estética y ultramelódica. Dulces, funky, súper conectados con el público. Muy a lo Parcels, muy cool, muy “esto va directo a mi playlist”moment.

Y entonces llegó Cuco para darnos el apapacho colectivo más esperado. Su banda, su vibra, la trompeta y esa mezcla de nostalgia y ternura que hizo que miles cantaran “Lo que siento”, “Lover is a Day” y más con una entrega preciosa. Fue ese momentito emocional de festival donde todos conectan, incluso sin hablarse.

Pasadas las 11:30 p.m., con un escenario repleto de luces nuevas, Foster the People apareció, mientras la multitud se apretaba para el gran final. Abrieron con “Feed Me”, siguieron con “Helena Beat”, y el público explotó. Mark Foster aprovechó para agradecer a los fans mexicanos «son los mejores» y anunció que ya viene un nuevo álbum, prometiendo que esta vez no esperaremos seis años.

Obviamente no faltaron joyas como “Houdini”, “Call It What You Want”, “Lost in Space”, “Don’t Stop” y, aunque todos esperábamos mariachi en “Pumped Up Kicks”, la canción se disfrutó al máximo mientras miles de gargantas la gritaban.

La fiesta terminó… pero la odisea apenas empezaba. La salida fue un verdadero viacrucis, mínimo media hora atrapados en el estacionamiento, autos detenidos, filas interminables y un venue que definitivamente tendrá que replantearse ese punto. A eso se sumaron detalles como las pocas áreas para descansar o comer, la falta de papel y agua en los baños y lo confuso que resultó el tema de los reembolsos, son algunos de los temas que varios asistentes comentaron a lo largo de la noche.

Aún así, el Echoes 2025 tiene algo muy especial. Se siente fresco, con intención, con propuesta real. Claro que hay espacio para mejorar, pero también hay una oportunidad enorme de convertirse en uno de los festivales más importantes y queridos de GDL. La base está ahí, solo falta pulir pequeños detalles para que brille como debe.

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