The Killers canta como tecolote y es apapachado en casa

Texto por: Humberto Hernández  
Fotos por: Mike González

The Killers liquidó de manera tajante y sin piedad las grandes ansias que a todos los tapatíos nos acongojaban por la falta de conciertos de gran magnitud y talla internacional. El pabellón de fusilamiento fue el Estadio 3 de Marzo propia de la casa del Tecolote, la Universidad Autónoma de Guadalajara el domingo primero de mayo, todo esto planeado por OCESA.

Desde tempranas horas de la tarde, las largas filas para ver al pelotón encabezado por Brandon Flowers, eran formadas por los asistentes, de la misma forma buscaban un uniforme digno para el magno evento en las inmediaciones del recinto, playeras, gorras y pines eran portados con orgullo como si de preseas militares se trataran. 

La entrada al paredón estaba marcada con 4 grandes carpas para dar acceso a las respectivas zonas, desfilando a través de ellas para encontrar un lugar en el recinto, donde por un par de horas tuvimos que adquirir un par de cervezas para soportar el fulminante sol con tal de ver a nuestros asesinos. 

A las 1945 horas, apareció en el escenario Dawes, la banda opener del evento, procedentes de Los Ángeles, quienes fueron muy bien recibidos por el público tapatío, donde «Somewhere Along the Way» fue de las favoritas de este pequeño repertorio. 

El sol avanzaba poco a poco hacia el poniente a sabiendas que cuando por fin se ocultara, empezaría el motivo por el que estábamos todos reunidos. Y así fue, en punto de las 2100 horas The Killers apareció frente a la multitud de 28 mil almas, con la interpretación de «My Own Soul´s Warning» seguida sin intermitencia de «Dying Breed»

«Qué onda Tapatíos,  ha pasado mucho tiempo» Así fueron las primeras palabras de Brandon hacia el querido público, quien vestido con un elegante traje negro, y un peinado similar al de Elvis, blandió su voz como espada respaldado por Dave Keuning en la guitarra y Ronnie Vannuci Jr. en la batería, así como los músicos de la gira Jake Blanton en el bajo, Ted Sablay guitarra, y Robbie Connelly en los teclados, así como tres bellas damas que hicieron compañía en los coros. La insignia representativa de la agrupación, una K al mero estilo de Las Vegas no podía faltar sobre la tarima.

Y el primer gran disparo de la noche se hizo presente, «Shot at the night»  la cual fue la primer canción donde todo el recinto cantó a todo pulmón. Dicen que cuando uno está a punto de morir, pasan por la mente los momentos más felices que vivimos, y así fue como nos llenamos de alegría al regresar aquella época donde «Mr. Brightside» y «Somebody Told Me» nos acompañaban cuando éramos apenas unos chiquillos.

Y sin previo aviso, el escenario explotó, con «Fire In Bone» lanzando una lluvia de confeti y sin cambiar el animó comenzó «Shadowplay» donde todo el público coreó «Uh uh uh» en crescendo. La noche continuó hasta que llegamos a «Read my mind» donde nuestro vocalista dio nuevamente «Muchas Gracias» a la asistencia. 

Un pequeño descanso permitió que sonara la voz a los espectadores, quienes no tardaron en otorgar la máxima insignia para una banda que pisa tierras mexicanas,  el «Oee Oee Oee Killers Killers», y enseguida de esto regresaron para entonar otro de sus grandes himnos, «Just Another Girl»  seguido de «When you were young»

«Spaceman» nos corroboró que la música de The Killers no es de este mundo y al cuestionarnos si somos humanos o bailarines, con «Human»,  pensamos en «Jenny» quien fuese una amiga mía. 

«Gracias por su cariño, su bonita vibra y sus apapachos» estas fueron las últimas palabras de Flowers para las almas que fueron liberadas al escuchar, después de varios años de espera, a su banda favorita, donde los daños colaterales fueron risas, llantos y recuerdos grabados en pixeles. 

La noche finalizó con «All These Things That I’ve Done», extendiendo el tiempo de la canción sobre la versión de estudio, para que todo el recinto repitiera como orden militar, «I got soul but I’m not a soldier» y recordarnos justamente que somos almas y estamos aquí para ayudarnos unos a otros. 

Una increíble noche en casa del Tecolote, un canto reconfortante que muchos necesitábamos. ¡Muchas gracias The Killers!