“Un mundo donde quepan muchos mundos”: Las semillas que deja Muerdo

Texto y Fotos por: Kinne González

El pasado 1 de abril de 2022, a eso se las 21:30 horas, en las periferias del C3 Stage, más de un curioso se acercaba a preguntar cuál era el motivo de que tantas personas estuvieran formadas y expectantes. La respuesta normalmente era: “Es un concierto, venimos a ver a Muerdo”.

Entre amigos y parejas, los melómanos se iban congregando, esperando ingresar para poder ubicar su lugar, pedir una bebida y compartir la noche, no solo con sus amigos o pareja, sino con el murciano que tanto amor ha predicado hacia su público mexicano.

Una vez dentro de la sala de conciertos, a pesar de que los asistentes habían esperado ya un par de horas para el acto principal, una vez que Muerdo subió al escenario, todo atisbo de cansancio se desvaneció y solo quedaron sonrisas y la ilusión en la mirada de todos, especialmente en la primera fila, donde se podía apreciar que el momento que se estaba viviendo era sin lugar a dudas lo que muchos esperaron por poco más de dos años: el regreso de Muerdo a Guadalajara.

El show arrancó con la canción “Sendero de paso lento” incluida en el álbum Viento Sur (2015) y de ahí, una tras otra sonaban las entrañables canciones de este cantautor español como “Claridad” “Luz Natural” “Semillas” y “Lejos de la ciudad”, las cuales envolvieron a los presentes en una complicidad muy particular que se reforzaba cuando en sincronía coreaban y de reojo notaban a quienes llevaban en sus labios los temas, como himnos, grabados de tanto recitarse.

Los que seguimos y admiramos la trayectoria de Muerdo, ya presentíamos que la noche iba a estar llena de sorpresas, por lo que tener a Masta Quba en el escenario, acompañado a Pascual en la interpretación de “Invisible” logró inyectar al público de energía y sobre todo orgullo de tener a una connacional tan talentosa derrochando estilo y rimas.

En una muestra de la inconmensurable generosidad de los tapatíos, los regalos para el cantante no pudieron faltar. Entre collares de chaquiras, muñecas típicas de la región dulces y más detalles, en distintos momentos las personas se acercaban a la valla que los separaban del escenario para poder retribuir un poco de lo que la música les ha dado a lo largo de sus vidas, lo cual conmovió en cada ocasión a Muerdo, quien sin dejar de interpretar tomaba las muestra de cariño y agradecía al destinatario.

A pocos minutos del final, como ya es costumbre, entre aplausos y gritos se escuchaba la petición de que el espectáculo continuara, seguramente con la ilusión de que la música no parara hasta el amanecer, por lo que Muerdo aseguró al público que una vez que concluyera el repertorio de temas, se quedaría a despedir personalmente a quienes quisieran compartir unos minutos más con él.

Basta decir que la experiencia será inolvidable para todos aquellos que se permitieron bailar cantar y disfrutar de la visión musical y las letras de un gran artista que deja todo de sí en crear un imaginario lleno de esperanza y la promesa de cariño.

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