Texto: Diego Reyes (Twitter)
Foto: Ever González (Flickr)
En una noche dónde se daba la bienvenida al mes de noviembre y que poco a poco se siente el frío de Invierno, Bajofondo regresó a Guadalajara después de 4 años de ausencia cuando vinieron como invitados especiales al Festival de Mayo en el 2010.
En punto de las 9:07 pm la gente escuchó desde la terraza del Cavaret los primeros acordes de tango que anunciaban el inicio de una noche con excelentes interpretaciones musicales, momentos melancólicos, intentos de para bailar tanto y sobre todo el destapar y afinar los sentidos para escuchar cada nota musical que esta agrupación tenía para los tapatíos.
Con temas como «Código de Barras», «Montserrat», «Sabelo» y «Segundos a fuera» el concierto fue subiendo cada vez más de intensidad y que hasta la 5ta canción escuchamos la voz de Gustavo Santaolalla para interpretar «Pena en mi corazón». Ocasión que aprovechó el productor para saludar al público tapatío y las ganas que tenían por regresar a nuestra ciudad y presentar su nuevo disco «Presente».
Poco a poco la gente se soltó más para mover hombros y cabeza que la agrupación argentina-uruguaya invitaba cuando jugaban con las luces, volumen del sonido y tiempo de las notas. Con esta disposición del público, llegó el turno de un poco de Rap donde el bajista Gabriel y el pianista-DJ Luciano nos demostraban que su música no solamente se centra en un solo género y que su creatividad puede abarcar todos los instrumentos, sonidos, beats, voz y bailes necesarios para generar un espectáculo único.
Uno de los momentos melancólicos y de unión que hablamos fue la interpretación de «De Ushuaia a la Quiaca» extraída del soundtrack de la película «Diarios de Motocicleta» y que Gustavo aprovechó para mencionar el terrible dolor que México sufre actualmente con las desapariciones de estudiantes en Ayotzinapa, una melodía que simplemente hizo afinar el sentido auditivo de los asistentes.
Con gran ritmo, baile y carisma el bandoneonista, Martín Ferres, fue uno de los personajes de la noche al robar las miradas y gritos de las fans que asistieron. Al grado que poco a poco llegó a quedarse con una camisa interior como atuendo.
Para cerrar el concierto y que fue un detalle especial para todos los asistentes fue la invitación hacia varios fans previamente seleccionados arriba del escenario para compartir con ellos su canción de despedida y que más de alguno de los que se encontraban al lado de los músicos aprovechaba para la típica «selfie pal feiz».
Con más de 1 hora y media de electro tango Bajofondo demostró lo mágico y sensible que puede ser un concierto en Guadalajara, sin duda alguna un buen comienzo para Noviembre y que más de 2,000 personas pudo presenciar.
Coméntanos y califica abajo ¿Que te pareció Bajofondo en Guadalajara?
- La buena vibra de Martín Ferre (bandoneonista)
- El empatía que la banda hizo con el público
- Cada integrante puede tocar cualquier instrumento
- "Selfies en el escenario"
- La asistencia del público