Texto por: Alejandro González
Imágenes por: Guns N’ Roses
Así es, memorable por decir lo menos, y es que 26 largos años, crisis económicas y cambios de gobierno tuvieron que pasar para que esta legendaria banda californiana visitara nuevamente el Estadio Jalisco, casi con su alineación original. Aquella primera vez fue en abril de 1993.
Los Guns venían en su mejor momento, y llenaban los estadios en donde se paraban, por lo que esperar que un suceso de esta magnitud se repitiera en esta ciudad se veía casi imposible, y mas tomando en cuenta todos los cambios de alineación y pausas que ha hecho Guns n’ Roses durante su carrera.
Pero todo ese ambiente de duda se empezó a disipar el viernes 18 de octubre, fans de todas las edades comenzaron a rodear las inmediaciones del Estadio Jalisco desde temprano, querían estar seguros de que el sueño se volvería a repetir, o quizá tener la oportunidad de tener un adelanto con la prueba de sonido, las razones eran lo de menos, este era el pretexto perfecto para romper esa brecha generacional con un mismo propósito, escuchar, algunos por primera vez, aquellas canciones que han formado parte del soundtrack de nuestras vidas.
La cita era a las 8:30 pm, pero desde poco antes el lugar lucía abarrotado, incluso sobrepasado en su logistica de accesos, teniendo que hacer largas filas para poder ingresar, mientras que una ligera llovizna amenazaba con intensificarse. Ya casi dándose la hora pactada, uno de los principales accesos fue cerrado, lo que ocasiono molestia entre los asistentes asignados a esa zona, lo cierto es que, en general, la revisión de boletos en los ingresos fue muy deficiente y permitió que se colaran personas con boletos falsos, ocasionando un sobrecupo en las diferentes zonas del estadio, probablemente más de algún fan vio frustrado su sueño de ver a la legendaria agrupación.
Casi una hora después, con localidades a tope, un video en pantallas daba indicio de que ya era hora, de pronto un sonido de guitarra distorsionada sonó por los altavoces y levanto la primer ovación de la noche, ahí estaban todos ellos, Axl Rose y su clásico atuendo, Slash con su icónico sombrero, Duff McKagan en el bajo, Richard Fortus segunda guitarra, Frank Ferrer en la batería y la exótica Melissa Reese en los teclados, la mesa estaba puesta y el publico hambriento de una buena dosis de rock n’ roll.
Guns por su parte no decepciono, con un setlist aun mas nutrido que el de hace años, su repaso por los clásicos no se hizo esperar, comenzando con temas del «Appetite for destruction«, la euforia se desato con los primeros acordes de «Welcome to the jungle» y «Live and let die«. La banda se mostraba en su elemento y Slash no desaprovechaba la ocasión para mostrar por qué es uno de los 100 mejores guitarristas de todos los tiempos.
Algunos covers también fueron parte del menú, con versiones de Velvet Revolver («Slither«), Misfits («Attitude«) y The Who («The seeker«) que hicieron retumbar el lugar. El fan ocasional también tuvo su recompensa cuando sono el intro de «Sweet child of mine«, miles de celulares se alzaron para captar el surreal momento, y a partir de ahí entregaron un éxito tras otro siguiendo con «November rain» y una épica versión de «Knockin’ on heaven’s door«, para ese momento la entrega del público era total.
La banda se retiro la primera vez después de tocar «Nightrain» pero regreso una vez más para interpretar «Don’t cry» y «Paradise city«, para después despedirse de un gran público, que fue parte crucial del show y que en su gran mayoría salio mas que satisfecho.
Algo si es seguro, y es que esta segunda presentación de Guns n’ Roses, tal y como hace 26 años, quedará registrada en el inconsciente colectivo de todos los asistentes y como un hecho histórico más de la ciudad de Guadalajara.
Coméntanos y califica abajo. ¿Qué te pareció el regreso de Guns N’ Roses a Guadalajara?
- Guns n' Roses sonó y lució cómo debía.
- El setlist fue casi inmejorable.
- El público, sin su energía y buen comportamiento durante el show no se habría podido disfrutar igual.
- Una logística de ingreso muy deficiente.
- Sobrecupo de localidades, gente sentada en escaleras.
- Precios elevados para haber sido zona general también en gradas.