Una luz resplandeciente emitida desde el interior de aquel joven, un gato bien vestido haciendo vibrar un violín y un grupo de niños tocando instrumentos, fue uno de los últimos visuales que formaron parte de un espléndido viaje conducido por los daneses.
Tres años pasaron para que Mew, regresara a México y esta vez no era cualquier fecha pues nos confortaron tocando Frengers de inicio a fin, sin duda el disco que ha marcado la carrera de la banda.
“Repeaterbeater” del álbum No More Stories, abría aquella velada, que desde el inicio se mostró gran acompañada por audiovisuales fantásticos, ”Special” y “The Zookeeper’s Boy” sonaron y ya tenían al público extasiado.
Bastaron tres años y probablemente desde que la banda se fundó para que Mew llegara a México a llenar nuestro corazón por completo, no había canción en la cual la gente no ovacionara o mostrara su amor y admiración por la banda danesa.
Sin embargo, el público no era el único agradecido por aquel momento, en especial Johan Wohlert y Jonas Bjerre gratificaron por la asistencia de esa noche, por todo el apoyo cariño y amos mostrado hacia ellos a lo largo de los años y por tener la gran oportunidad y dicha de estar en tierras mexicanas.
La delicada y hermosa voz de Jonas cantando “Louise Louisa” daba el cierre de la primera parte de este más que maravilloso regalo, que después de un ligero descanso, Mew estaba más que listo para tocar Frengers.
Coreado a una sola voz, “Am I Wry? No” calentaba de nuevo nuestras gargantas, “156” se percibió de la forma más dulce pero explosiva, haciendo bailar y brincar al público. Los visuales sin duda tuvieron una participación excepcional durante todo el set.
“She Spider” y “Comforting Sounds” dieron el cierre más épico y armónicamente hermoso que veremos en años, fue un viaje a cualquier parte que te hiciera sentir una serenidad profunda combinada con la más bella alegría expresada en lágrimas.
No había forma de no sentirse en casa, a lado de personas que no eran conocidos ni mucho menos tus amigos, sin embargo, Mew logro unir los corazones aquella noche.
Fotos cortesía de OCESA / Oscar Villanueva
- El sonido
- El tiempo que tocaron
- Los asistentes