Texto por: Paola Mendoza
Fotos por: Paola Guzmán
Según la Real Academia Española (RAE), un “Oasis” es un lugar con vegetación y manantiales en medio del desierto, un espacio de tregua, de descanso y refugio de las penalidades y contratiempos de la vida, y justo eso es lo que sentimos al presenciar el “Visual Show” de Darius, un momento alejado de las banalidades de la vida diaria y una fiesta interminable.
El regreso del DJ francés a la ciudad de Guadalajara era más que esperado, después de la presentación en la primera edición del Festival Echoes 2022, el artista se ganó la simpatía del público tapatío. La expectativa era alta, y vaya que cumplió.
El primero en inaugurar la fiesta fue el DJ Warren K, también miembro del sello francés Roche Musique, quien nos brindó un warm up bastante ameno. Si bien los beats nos mantenían pegados al piso, las mezclas de canciones de KAYTRANADA, Gigamesh y MGMT nos dieron un buen preámbulo para calentar los pies.
Después de un set de poco más de media hora, mientras cada vez más personas iban llenando el C3 Stage, el ambiente de fiesta se sentía instaurado. El olor a chela caliente y poco de marihuana daba la atmósfera de uno de sus clubs del viejo continente.
Para las 22:30 horas, el DJ y cantante Duñe tomó el escenario con ritmo más encendido. Atrás quedó el beat soft para calentar los pies, tocaba el turno de comenzar a bailar en serio. Todos lo notamos, nadie se opuso.
Las luces y los visuales comenzaron a cambiar, de un azul y morado plano y sin fondos, el círculo de luces que brinda la experiencia visual de “OASIS” comenzaba a encender, a dar señales de vida y a combinar con cada uno de los temas que tocó Duñe.
Si bien, su show duró poco menos de lo esperado, nos dejó con las ganas de escuchar mucho más, de bailar más. Y se nos cumplió.
Tras un estrepitoso silencio y un fundido de luces, Darius apareció en escena para inaugurar el visual show con “Pyro”, un beat suave que nos introdujo a uno de los mejores shows de electrónica en la actualidad.
El DJ francés se caracteriza por sus sonidos finos, ligeros y exquisitamente producidos, una mezcla de sintetizadores melódicos, un poco de funk y unos vocales suaves que no te permiten dejar de bailar.
Así fue como nos sentimos mientras comenzaba el recorrido en este oasis musical, canciones como “Lost” y “Vanyll” pusieron al público en una sola sintonía, para llegar a escuchar los primeros éxitos de su última producción que le da nombre a la gira “OASIS (2022)».
Para el momento que sonó “EQUILIBRIUM” la fiesta ya era otra cosa. La pantalla circular que da vida al Visual Show presentó animaciones que combinaban perfecto con la atmósfera, la vibra que se sentía en el venue sólo iba en aumento al escuchar “RISE” y “Ellios”.
Terence N’Guyen, mejor conocido como Darius, paró unas cuantas ocasiones para agradecer al público tapatío su recibimiento y buena vibra, mientras que la fiesta seguía y seguía.
Para la mitad del show y sin ninguna alma cansada, temas como “FEELS RIGHT”, de la voz de Duñe, y “FADED” se corearon a lo alto mientras los tradicionales chiflidos de una fiesta de techno no se hicieron esperar. Estábamos en nuestro mejor momento y nadie se quería bajar.
Antes de llevarnos a uno de los picos máximos de euforia en el show, Darius nos dio un prelude con “Sebastian Tellier” para reventar con una secuencia de mashup perfecta entre “EASE YOUR MIND”, “CHERIE” y “GRAN LARGE”. Los visuales derretidos en la psicodelia y los bajos perfectamente sintetizados fueron la cereza del pastel.
Ya encaminados al final del show, la vibra en el C3 Stage era increíble, todos conectados, todos bailando. Darius tomó el micrófono para agradecer de nuevo a sus fans, antes de servir canciones como “Hot Hands” y “Espoir” en versiones extendidas, a complacencia de un show de luces sin igual.
Para el cierre del show, Darius nos regaló “Maliblue” y “Something” para salir del escenario y volver a finalizar con “Fleetwood”, un cierre perfecto a una noche en un oasis musical.
Coméntanos y califica abajo.
¿Qué te pareció la presentación de Darius en el C3 Stage?
- La calidad del sonido, los bajos bien calibrados.
- Los visuales y el juego de luces en armonía con la música.
- La energía del público tapatío y la presencia y disposición de los DJ’s.