Texto por: José Luis Santillan
Fotos por: Paola Guzmán
La noche del pasado Martes 02 de Diciembre, Pierce the Veil regresó a Guadalajara para ofrecer uno de esos conciertos que se sienten más como un desahogo colectivo que como un simple show.
Desde que las luces bajaron en el Teatro Estudio Cavaret y sonó la intro de “El Rey”, la banda dejó claro que venía a entregarlo todo… y el público respondió con la misma intensidad.
El ambiente se sentía impaciente antes de que Vic, Tony y Jaime pisaran el escenario. Había una mezcla curiosa de fans jóvenes que los descubrieron recientemente con “Pass the Nirvana” y seguidores que llevan más de una década acompañándolos desde “Selfish Machines” o “Collide with the Sky”.
Cuando arrancaron con “Death of an Executioner”, el Cavaret explotó: saltos, gritos, coros y una energía tan densa que se percibía como una vibración en el aire.
La banda navegó por toda su discografía y eso convirtió la noche en una especie de viaje emocional. Himnos como “Bulls in the Bronx”, “I’m Low on Gas…” y “Yeah Boy and Doll Face” desataron la nostalgia, mientras que temas más recientes como “Emergency Contact” o “So Far So Fake” hicieron que el público conectara con su etapa más madura.
Entre canción y canción, Vic hablaba poco, pero cada frase que decía parecía replicar profundamente en la audiencia. Hay bandas que hablan mucho; Pierce the Veil deja que la música haga ese trabajo.
Uno de los momentos más emotivos llegó con “Hold On Till May”, cuando cientos de voces se unieron para corear uno de sus temas más vulnerables. Esos minutos se sintieron íntimos, casi terapéuticos, como si cada persona en la sala hubiera llegado cargando algo que necesitaba soltar. Y después, como si supieran que no podían cerrar de otra manera, lanzaron la bomba final: “King for a Day”, probablemente el punto más alto de la noche.
El Cavaret se convirtió en un caos hermoso, lleno de saltos, gritos y una felicidad colectiva difícil de describir.
Pierce the Veil ofreció un show impecable, sólido y emocionalmente poderoso. No fue solo un repaso por su trayectoria: fue una noche de catarsis compartida, donde el público y la banda parecían hablar el mismo lenguaje. Guadalajara los recibió con los brazos abiertos… y ellos respondieron con un concierto que quedará entre los mejores para cerrar este 2025.
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- Gran energía del público.
- Buena energía por parte de la banda.
- Venue a nada del lleno.
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