Por: Jaime Noyola
Fotos: Itzmalin Benítez.
La Barranca es una de esas agrupaciones mexicanas de éxito, que con el paso del tiempo conmueven con su música y permanecen en el gusto colectivo. “Lo Eterno”, su más reciente producción fue un pretexto para poder presentarse ante cientos de admiradores que acudieron al Conjunto de Artes Escénicas y vivir un show de calidad, el tipo de conciertos que La Barranca sabe dar.
La lluvia no impidió que la gente comenzara a llegar poco después de las 8:00 de la noche y se dispersaran por el lobby del recinto alrededor de una gran maqueta del Conjunto de Artes Escénicas. En una ciudad que se vuelve caótica con una ligera lluvia, la logística de una noche de buen rock no puede tolerar errores, por eso a las 8:30 las puertas de la Sala Plácido Domingo se abrieron y los asistentes ocuparon sus asientos.
La Sala Plácido Domingo es un lugar con estilo rústico que emula los teatros del siglo XIX. Una voz nos dio la bienvenida y nos invitó a apagar los celulares. La gente tomó fotografías a los instrumentos en el escenario iluminados por una tenue luz roja. La espera no duró mucho, minutos después de las 9:00 se escuchó la tercera llamada y comenzó el show que La Barranca tenía preparado.
La nueva música: el regalo de La Barranca
Naavi Naas empezó tocando la batería él solo, le siguió Yann Zaragoza en el teclado. Después aparecieron Adolfo y Ernick Romero en la guitarra y el bajo, respectivamente. Estaban ahí tocando hasta que salió José Manuel Aguilera con la otra guitarra y tocaron “Donde la confusión se suspende”. La iluminación poco a poco pasó de ser rojo tenue a una gama de colores espectacular.
“Animal en extinción” fue el segundo tema de la noche. En el fondo del escenario cuatro pantallas rectangulares proyectaron videos que sirvieron a modo de decoración y que complementaban la experiencia de la noche que la gente pudo disfrutar desde las butacas. Lejos de parecer un concierto de rock, aquello se asemejaba a una obra de teatro moderna con el público inmóvil mirando lo que sucedía sobre el escenario, hipnotizados con la grave voz de José Manuel. “El Síndrome”, “Ser un Destello” y “Corcel”, fueron los temas que siguieron antes de que José Manuel agradeciera la asistencia de esa noche: “Muchas gracias por recibirnos, bienvenidos a La Barranca otra vez”.
Y desde los asientos la gente aplaudió al ritmo de “El alma nunca deja de sentir”. Después, Aguilera se tomó un tiempo para decir que el pretexto para venir a tocar a Guadalajara es la nueva música: “Somos como cuando vas a visitar a un pariente y le llevas un regalo, a nosotros nos gusta traer música nueva y no seguir tocando lo mismo”. Estas palabras sirvieron de introducción para que Ernick Romero hiciera un solo de contrabajo eléctrico como preludio a “Brecha” mientras las pantallas del fondo proyectaban videos surrealistas.
¿Qué chingados es lo eterno?
Las siguientes canciones fueron “La lengua del alma”, “Anapsique”, “Zafiro”, “Konichiwa” y “Flecha” que fué interpretada de una manera poco convencional que extrañó a los asistentes. La mitad de la canción fué en versión acústica, la voz sólo fue acompañada por el piano y la guitarra para después agregar los demás instrumentos. La siguiente canción fue precedida por un cuestionamiento: “¿Qué chingados es lo eterno?”, preguntó José Manuel: “¿Qué significa lo eterno?”. Con estas palabras inició el tema que le da el título a su más reciente álbum, “Lo eterno”.
Aguilera le dedicó “Campos de batalla” a los músicos tapatíos, y señaló que en la ciudad existen muchas propuestas de calidad. Después volvió a agradecer a los asistentes su presencia, y dijo que ver a La Barranca es un buen pretexto para conocer por primera vez el Conjunto de Artes Escénicas. Sin embargo lamentó que debido a la formalidad del recinto no se pudiera bailar su danzón “La fuga de Rubén” en la que Yann Zaragoza mostró su talento en el piano. “Todas las historias” lució con el sonido de la vihuela por parte de Adolfo Romero y la canción que le siguió fue una muy especial. “Esta canción es de las viejitas, ustedes ni siquiera habían nacido”, con ese mensaje Aguilera presentó “El alacrán”, el sencillo de su primer disco.
La cara de la violencia: Día negro
Avanzada la noche José Manuel lanzó una sentencia: “Ya les cantamos un chingo de canciones, es justo que nos canten una a nosotros”, sonó “La rosa” y la gente cantó los coros junto con la banda. “Astronomía” fue otro de los temas nuevos. “Es una canción que habla de canciones”, así lo refirió José Manuel. El show continuó con “Manos” y “Hendrix”, la canción que le rinde un pequeño homenaje a Jimmy Hendrix. “Ceiba” y “La Barranca” fueron los temas que darían por finalizada la noche. Tras una ovación por parte del público y algunos chiflidos, la banda regresó para tocar “Cuervos” y “Denzura”.
La última canción fue un tema que Aguilera no tenía planeado; “Es una canción que ya no queremos tocar, pero mientras sigan apareciendo tráilers con cientos de cadáveres la seguiremos tocando”. “Día negro” fue el tema final que logró poner de pie a los casi 1500 asistentes que había en la sala y que habían permanecido sentados durante cerca de dos horas. Es el llamado a la acción que La Barranca dejó en Guadalajara.
Coméntanos y califica abajo ¿Que te pareció el concierto de La Barranca en el Conjunto de Artes Escénicas?
- La asistencia.
- El setlist.
- La producción.
- La formalidad del recinto para el tipo de concierto.