Texto por: Cheché Morett | IS | X | TikTok
Uno de los domingos más esperados a nivel mundial en el ámbito deportivo ocurre cada febrero: el Super Bowl. A pesar de su origen estadounidense, el fútbol americano (aunque pueda parecer “demasiado gringo”) ha ido ganando terreno a nivel global, y su influencia se extiende mucho más allá de lo deportivo. Este evento no solo determina al campeón de la NFL, sino que impacta otras industrias como la televisión, el marketing, la gastronomía, la economía y, por supuesto, el entretenimiento. A lo largo de los años, el Super Bowl ha dado lugar a una de las manifestaciones culturales más importantes: el espectáculo del medio tiempo.
Millones de espectadores, no necesariamente aficionados al fútbol americano, esperan con ansias este show musical único que se ha convertido en un hito anual.
El concepto del show del medio tiempo del Super Bowl comenzó con un enfoque puramente local. Desde la primera edición en 1967, los espectáculos eran realizados por bandas de marcha universitarias de renombre en Estados Unidos. Sin embargo, en la década de los 80, algunas compañías de entretenimiento de gran prestigio comenzaron a tomar protagonismo, incorporando elementos promocionales de sus propios shows y parques temáticos, como fue el caso de The Walt Disney Company y el Radio City Music Hall.
A inicios de los 90, el evento empezó a incorporar artistas internacionales, como New Kids on the Block (1991) y Gloria Estefan (1992), con lo que el espectáculo ganó notoriedad. No obstante, la audiencia del medio tiempo sufrió una caída del 22% debido a la falta de interés, y algunos críticos lo atribuían a la calidad baja de las producciones. Algo tenía que cambiar.
En 1993, en el Rose Bowl de Pasadena, California, la historia dio un giro. El grunge, con bandas como Nirvana, Pearl Jam, Soundgarden y Alice in Chains, dominaba las listas musicales, y la industria discográfica se encontraba en una transición, con los jóvenes buscando música más auténtica, lejos del pop comercial. En respuesta a la caída en la audiencia del medio tiempo, NBC decidió tomar el control de la producción del show, eligiendo a un artista de talla mundial para revitalizarlo: Michael Jackson.
Con la repercusión de su álbum Dangerous, que había vendido más de 32 millones de copias, el impacto de su participación era predecible. Ante la magnitud del evento, Jackson accedió tras conocer que el show sería transmitido a 120 países. En sus palabras: “¿Me estás diciendo que esto llegará a lugares donde nunca haré un concierto?”. Tras una breve pausa, añadió: “Estoy dentro”. Los resultados fueron inmediatos: los ratings aumentaron un 12%, y el Super Bowl consolidó el espectáculo del medio tiempo como un evento cultural de primer orden.
Durante los 90, artistas como Diana Ross, ZZ Top, James Brown, Stevie Wonder y Boyz II Men marcaron el tono de los shows, con producciones que continuaron creciendo en ambición y popularidad. Al entrar los 2000, la influencia de MTV fue clave para la evolución del espectáculo, con artistas como Christina Aguilera, Britney Spears, Shania Twain y grupos como N’SYNC llevando el pop mainstream a nuevas alturas. Este periodo también vio la llegada de leyendas como Paul McCartney, The Rolling Stones, U2, Prince, Tom Petty y Bruce Springsteen, quienes trajeron consigo un aire de legitimidad musical que transformó aún más el evento.
En la década de 2010, el patrocinio de Pepsi y la presencia de Roc Nation como distribuidora de grandes artistas, cambiaron el rumbo del medio tiempo, enfocándose más en el pop de artistas como Beyoncé, Bruno Mars, Lady Gaga, Katy Perry, Coldplay, Justin Timberlake y Maroon 5. Esto generó controversia entre los puristas del rock, quienes veían cómo su género era desplazado por el pop comercial. Sin embargo, el relevo generacional en la música se hizo evidente: el pop dio paso a lo que hoy conocemos como la dominancia del hip-hop.
En la década de 2020, artistas como Dr. Dre, Snoop Dogg, Kendrick Lamar, Rihanna y Usher no solo marcaron la pauta en cuanto a popularidad, sino también en el mensaje cultural que transmitían. De hecho, el show del medio tiempo de Usher en 2024 se convirtió en el más visto de la historia, con 129.3 millones de espectadores. Este cambio hacia el hip-hop es una representación clara de cómo el espectáculo sigue siendo un reflejo de las tendencias musicales globales.
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El show del medio tiempo del Super Bowl ha logrado trascender su origen deportivo para convertirse en un fenómeno cultural global. A lo largo de los años, ha servido de plataforma para artistas que buscan demostrar su relevancia y consolidar su carrera en el centro de atención más grande del mundo. Además, ha generado un impacto económico y mediático que involucra a promotores, disqueras, agencias de
publicidad y, por supuesto, a la NFL.
Este 2025, será Kendrick Lamar quien se suba al escenario durante el descanso del partido entre los Kansas City Chiefs y los Philadelphia Eagles. Con sus recientes cinco premios Grammy y su destacado papel en la música contemporánea, Lamar tiene una oportunidad única de hacer un statement global. ¿Qué depara el futuro para el show del medio tiempo del Super Bowl? Lo descubriremos este domingo 9 de febrero.
en el 2025