Texto por: Miguel Ramírez
Fotos por: Brandon Carlín
El pasado viernes 23 de febrero, la Plaza de Toros Nuevo Progreso de Guadalajara vibró con la inigualable energía de Alejandro Fernández, quien cantó una vez más en su casa Guadalajara como parte de su gira «AMOR Y PATRIA». Aunque el espectáculo prometía ser una experiencia única, la realidad detrás del telón reveló algunos detalles curiosos.
Desde la entrada, un pequeño contratiempo se hizo evidente con un problema de infraestructura que no pasó desapercibido: un embotellamiento en la entrada que contrastaba con la majestuosidad del lugar. Además, al haber baños de plástico se dudó si el lugar contaría con la infraestructura suficiente; sin embargo, estos eran un extra para no solo contar con los baños propios del lugar.
En cuanto al público, la diversidad era notable. Desde «Güeritas de los Altos» hasta familias y parejas de enamorados; la concurrencia representaba una amalgama de estilos y personalidades. La zona GNP, ubicada hasta abajo, parecía ser dominada por vendedores, mientras que las edades oscilaban alrededor de los 40 años.
Las exorbitantes tarifas, como el caso de unas papas a 100 pesos, suscitaban sorpresa entre los asistentes. A pesar de ello, la atmósfera se caldeaba con silbidos y expectación, ya que el concierto tardaba en comenzar.
El concierto arrancó a las 9:50, se apagaron las luces y entró al escenario una amalgama de mariachi, banda, y una introducción impactante con instrumentos de mariachi y banda, anticipaban una noche excepcional. Sin embargo, la desilusión llegó cuando el tequila por copa se agotó antes de que Alejandro Fernández hiciera su entrada triunfal.
El Potrillo, ataviado con un traje de charro de cuero y pañuelo salmón, rompió el hielo con un mensaje emotivo: «Recuerden que vivir es increíble«, para luego desatar la euforia al arrancarse la banda y el Mariachi. El repertorio inicial fue de su autoría, sin embargo cantó «Estos Celos» de su papá Chente, un popurrí de Juan Gabriel, otro de José Alfredo Jiménez y «Eso y Mas» de Joan Sebastian.
El escenario constaba de una plataforma en forma de cruz donde el potrillo se movía libremente, sus músicos se encontraban en la parte de abajo un tanto escondidos y en las canciones más movidas entraban al escenario dos chicas que cantaban y bailaban junto a «El Potrillo». El punto álgido se alcanzó cuando el público comenzó a bailar, y la audiencia se volcó con la interpretación de Grupo Firme. Alejandro sorprendió al rescatar del baúl «Abrázame», desatando la locura entre sus seguidores.
Interpretó el dueto que tiene con Morat así como el de Christian Nodal. Cantó pop, banda, mariachi, y puso a todos los asistentes a bailar y cantar. Desafortunadamente muchas de las botanas y bebidas se agotaron, de repente a mitad de concierto dejó de haber tequila en botella, o cerveza, papas y de más cosas.
Alejandro baja del escenario y se vuelve a apagar todo, al grito de otro regresa y dice «La mejor forma de recordar a los músicos es cantando sus canciones, esto va para ti padre hasta allá, hasta el cielo». Interpretó casi una hora de canciones de Vicente Fernández, desde «Hermoso Cariño» hasta «Mujeres Divinas». Dice: «Guadalajara ustedes son mi mejor público, nos vemos en el Palenque».
El concierto concluyó con un encore que inició a las 11:40 y finalizó a las 12:30, dejando a la multitud con ganas de más. Concluyó con «Como quien Pierde Una Estrella». A pesar de los pequeños inconvenientes logísticos, la interpretación victoriosa de Alejandro Fernández fue un rotundo éxito. La gira «AMOR Y PATRIA» promete marcar el 2024 como un año memorable para sus fans, que quedaron encantados con una noche llena de música, emociones y la inconfundible esencia de «El Potrillo».
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- La vibra del lugar.
- El escenario estaba muy bien distribuido.
- Se terminaron varias cosas de la barra de snacks y bebidas.
- Los asientos.