Texto por Felipe Corrales.
Fotos por Jorge Carreón.
No es nada bueno para los habitantes de la CDMX tener de visita a El Mató Un Policía Motorizado, es más sus visitas son relativamente frecuentes y a pesar de ello cada uno de sus shows funcionan de una manera emotiva y perfecta, y esta ocasión en el Lunario no sería la excepción.
Para comenzar la noche, Carla Rivarola subió al escenario, una chica que con el poder de su voz y una guitarra en mano hizo que los asistentes al show de El Mató voltearán a escuchar su música de letras profundas y sonidos fuertes. Después de interpretar canciones Médula Silvestre, Manta Depresivo, Policías y Ave del Horror, el set de Carla nos dejó listo para el indie argentino.
Los Argentinos en México tienen una sólida base de fans y es por ello que sus conciertos funcionan de manera fluída. Para comenzar las amenidades se pudieron escuchar canciones como El Magnetismo, Las Luces, La Noche Eterna y La Síntesis O’ Konor, esta última canción que le da nombre a su último disco, el cual en este show fue uno de los más coreados.
Escuchar en vivo a El Mató es una experiencia tranquila, al ritmo de sus guitarras limpias y una batería resonante en todo momento el clímax se centra en esa espiritualidad que las letras de sus canciones nos transmiten; el ejemplo más claro de esto es la sensación emotiva que nos produce entonar Dos Galaxias, Noche Negra y Alguien Que Lo Merece.
Con visuales de galaxias luminosas este show tuvo su mayor peso en La Síntesis O’Konor y cada momento de este disco en el show se sentía acoplado por ambas partes. La banda fue poco expresiva con sus audiencia pero a pesar de eso el show funcionó de manera perfecta.
Antes del encore llegó uno de los momentos cúspide del concierto, El Tesoro” desató lágrimas y coros explosivos, la gente cantó tan fuerte en este momento que la voz de Santiago en momentos fue opacada. Para continuar con esta adrenalina que esta canción nos dejó se unieron al setlist Escabullir, El Mundo Extraño y El Fuego Que Construimos.
Para el cierre del show El Mató se dedicó a complacer los oídos de los presentes, la exaltación fue la correcta y cada canción entonada era un coro masivos que se perdió entre cada línea de guitarra y bajo. Poco a poco fueron sonando temas como Fuego, Más o menos bien, Yonni B, La Chica de Oro y La Chica Rutera, canción que dió fin a esta visita de los argentinos.
Este fue un concierto simple pero perfecto, los trazos musicales de esta banda son una expresión emotiva entre lo dulce y cruel que puede ser la vida, el amor y todo lo que nos rodea. El Mató siempre será bienvenido en nuestros oídos y corazones.
