Por: Diego Arturo Rodríguez.
Fotos: Christhian Ferenc.
Un ser libre, enérgico, empático, alegre y transparente, esos deberían ser los adjetivos más precisos si se busca acaso definir al argentino (ex Fun People) que encarna el proyecto Boom Boom Kid. Con una trayectoria musical que excede los 25 años, Carlos Damián Rodríguez, a sus 45 años de edad, continúa imprimiendo una energía impresionante y contagiosa durante todos sus actos en vivo, los cuales están plagados de sonidos punketos, duros y a la cabeza, sin dejar de lado la búsqueda de experimentación con este género musical.
El jueves pasado, poco antes de la media noche, y tras 3 presentaciones que calentaron la tarima del Foro independencia gracias a Sheena la Cebra, Veneno y Asamblea de la Rabia, todo estaba perfilado para que Carlos Rodríguez hiciera lo suyo en el escenario junto con los músicos que en esta ocasión lo acompañaban.
Al interior del Foro Independencia, cuando ya era notoria cierta expectación y ansias por lo que vendría, fue que sonaron los primeros y crudos acordes que anunciaban la presencia de Boom Boom Kid sobre el escenario, lo irreversible había dado inicio, la mecha de la bomba había sido prendida y al igual que él, el público se liberó y no se limitó en el respectivo desborde de energía.
Las canciones eran interpretadas una tras otra y sin descanso, los ánimos caldeados y un ritmo que invitaba, mejor dicho obligaba, a la agitación de cabezas en medio de cuerpos sudorosos debido al inevitable mosh pit que fue recurrente durante la totalidad del show.
Músicos y público fueron unidad, había un entendimiento sobrenatural entre estos 2 frentes. La situación fue tal, que un asistente trató de escabullirse para subir al escenario con todo e instrumento musical oculto en un estuche, se presume que contenía un bajo eléctrico y quería tocar con ellos. El osado espectador era miembro de una banda de punk hardcore local llamada Malastare. Finalmente, no logró su objetivo.
Se podía sentir que la presentación estaba alcanzando su punto más alto porque la mesura de los asistentes fue de paseo y ya estaban aprovechando cada “descuido” del de seguridad para uno por uno, eso sí, impulsarse desde la valla metálica y lanzarse a los demás asistentes y ser transportados como todos unos rockstars, sí, el público. El propio Boom Boom Kid no se pudo resistir a ser manoseado y se lanzó confiadamente directo a la marea de manos, la que finalmente lo llevó a buen puerto para así regresar a manejar el timón del espectáculo.
Ya avanzado el show, el argentino comenzó a bajar de intensidad en los ritmos ejecutados y, en una de esas, soltó un éxito de los inicios de Fun People, “Si pudiera”. No hubo un segundo en el que el público dejara de corear toda esa canción. Una nostalgia insospechada dejó impregnado el recinto.
El espectáculo finalizó en medio de la excitación del público, el cual reclamaba más a un Carlos Rodríguez que no se ahorró nada. Se bajó del escenario, se tomó fotos, platicó de cerca con el público, concedió algunas entrevistas improvisadas, se formó en la fila para comprar una cerveza y así refrescarse; todo con la sencillez y naturalidad que le caracteriza.
Poco a poco el Foro Independencia se fue deshabitando. Los asistentes, que no fueron pocos, no podían ocultar una risita de felicidad y satisfacción por lo que acababan de presenciar. Ya afuera, escuché a un treintañero que decía sentirse como si hubiese regresado a sus doradas épocas secundarianas después de lo que había presenciado, los demás que escucharon aquello sólo pudieron asentir con una sonrisita cómplice y socarrona, nostálgica también.
Coméntanos y califica abajo ¿Que te pareció el concierto de Boom Boom Kid en el Foro Independencia?
- Buena asistencia.
- Interacción con el público.
- Abundancia de canciones.
- Acústica mejorable .
- Comenzó un poco tarde.