Texto por: Cheché Morett | IS | X | TikTok
Existen muchas formas de expresar uno de los sentimientos más poderosos que mueven a las personas en este mundo: el amor. Sin embargo, pocas de estas formas se han plasmado de manera tan profunda en el arte como lo ha hecho la música. En el cine, encontramos el género del «romance», en la pintura, el amor se expresa a través de la subjetividad y el dramatismo; en la literatura, se enfoca en la emocionalidad y la melancolía. Pero en la música, el amor no solo se convierte en un transmisor de estos sentimientos, sino que también se mezcla con el desahogo, el deseo de romperse y, al mismo tiempo, de repararse, todo esto alimentado por elementos como la melodía, la armonía y la lírica.
Aunque suene irónico, exploremos un poco la relación entre el amor y la música. Esta relación es profunda y multifacética, con la capacidad de reflejar, amplificar y recordar los sentimientos del amor en todas sus formas. Si queremos «romantizar» un poco esta reflexión, podemos decir que la música logra expresar lo que muchas veces no podemos decir en una conversación. Algunos podrían comparar esto con la literatura, pero son cosas diferentes, sin restarle mérito a ninguna de las dos. Escuchar una melodía puede transportarnos emocionalmente a un estado de felicidad, nostalgia o tristeza, dependiendo de lo que estemos sintiendo en ese momento. Este fenómeno ocurre porque la música puede activar regiones del cerebro asociadas con las emociones y los recuerdos, creando una conexión inmediata con el amor.
Si estás leyendo esto, probablemente uno de tus pasatiempos más grandes sea la música. Y, aunque no sea así, creo que entenderás lo que voy a decir a continuación. Hablando de las conexiones que la música establece con el cerebro y los estados de ánimo, existen innumerables ejemplos relacionados con el amor y la música que generan una explosión de sentimientos, liberando dopamina y endorfinas que nos proporcionan placer, bienestar y relajación. Y, por supuesto, hay un elemento fundamental que juega de ambos lados de la cancha: las lágrimas. Cómo no recordar lo que sentimos cuando escuchamos a Whitney Houston cantar con su mítica voz en «I Will Always Love You» o cuando Rocío Dúrcal entonaba «Tarde o temprano estaré contigo para seguir amándote»; en «Amor Eterno» de Juan Gabriel, o el sentimiento tan profundo que se desprendía de «Por Ti Volaré» de Andrea Bocelli. Tres idiomas diferentes, pero un solo lenguaje universal.
No olvidemos que no se trata de encasillar el amor y la música únicamente en los clásicos o artistas de gran magnitud y poderosas voces. El amor también se encuentra en artistas como Daniel Johnston, quien solo necesitó 32 segundos y una canción llamada «Girlfriend» para plasmar esa sensación. O, ¿qué tal las grandes poesías que Leonard Cohen cantaba con su voz profunda, como cuando simplemente decía «Dance me to the end of love»? No siempre se trata de ser selectivos y viajar con los dioses del Olimpo de la música y la poesía, sino de sentir y vivir en todos los niveles posibles. «Todos tienen tortita menos yo», decía Botellita de Jerez; «Mi amiga, mi esposa, mi amante», entonaba Rigo Tovar; o cuando Bronco cantaba «Eres mi luna, eres mi sol, eres mi noche de amor»; en «Adoro»; del maestro Armando Manzanero.
Saltando cualquier frontera, la geografía y los idiomas no importan tanto cuando se trata de amor y música. Con la ayuda de los traductores, porque no todos somos políglotas, podemos escuchar en Francia «La Vie En Rose» de Édith Piaf, «Sarà Perché Ti Amo» de Ricchi e Poveri en Italia (como lo entona la hinchada del Milan A.C., por cierto), o el «Osito Dormilón» del Binomio de Oro de América desde Colombia. No está de más mencionar que los géneros musicales, al igual que el amor, van y vienen, y con ellos se renovarán los sentimientos que surgen al escucharlos, como sucede en vísperas de este 14 de febrero de 2025.
En las relaciones, la música también cumple un papel fundamental. Muchas parejas tienen canciones que son significativas para ellas, como una especie de «banda sonora» de su historia de amor. Ya sea en una boda, un aniversario o simplemente un momento romántico, la música puede ser la chispa que aviva la llama del amor, o la que la acompaña en su trayecto. Y, en el lado no tan agradable de la historia, las rupturas, las peleas y el llanto de tristeza también tienen su propio soundtrack, uno que no se olvida fácilmente, y que, en muchos casos, algunos no deseamos borrar de nuestra cronología de vida.
En mi caso personal, «romantizar» la música se ha vuelto cada vez menos frecuente en mi vida. Gracias a la terapia y a la madurez que he adquirido con el tiempo, este sentimiento ha ido perdiendo fuerza. Sin embargo, no puedo evitar recordar aquel momento en el que, al caminar por la calle después de muchos años, me encontré con alguien que rompió mi corazón, y en mis audífonos sonaba «Fake Plastic Trees» de Radiohead. Tal cual como una película de comedia romántica, nunca había tomado ese camino antes, pero ese día lo hice, sin razón alguna. Tampoco puedo ocultar que me estremece la piel al escuchar a Liam Gallagher cantar «We’ll find the way of chasing the sun» en «Slide Away» de Oasis, ni mis ganas de derramar una que otra lágrima al escuchar «Me has echado al olvido» de José Feliciano.
Todos tenemos marcas y recuerdos en nuestro corazón y mente respecto a las experiencias de amor que hemos vivido. Podemos adentrarnos en un análisis profundo al estilo de Oliver Sacks y su «Musicofilia», o como David Byrne en «How the Music Works», pero en estos días prefiero recomendar que solo nos dediquemos a sentir, a cantar, a imaginar, a recordar y a vivir todos los maravillosos momentos que la música nos ha traído a través del amor. Sin sonar a un discurso hippie, la combinación de ambas nos ha dejado momentos increíbles en la historia de la humanidad, no solo desde el punto de vista social, sino también a nivel individual. Muchas veces, no es necesario entenderlo, sino simplemente sentirlo, y como cada uno de nosotros interpreta, traduce o habla este par de maravillosos lenguajes universales. Si me preguntaran hoy ¿cómo ha sido el amor en los tiempos de la música? Mi respuesta sería, haciendo referencia a esa gran canción de Stardust con la frase: "Music Sounds Better With You".
a en el 2025