Texto por: Samuel Blanco
Fotos por: Michel Reyes
El punk surgió en la década de 1970 como un movimiento que rodeaba al género musical de mismo nombre cuya principal influencia fue el garage rock. Al principio solo se trataba de un fenómeno estético-musical que marcó la generación juvenil de la época pero más tarde fue tomando forma de movimiento estético-filosófico hasta convertirse en una cultura. La filosofía punk puede resumirse en las siguientes ideas, “Hazlo tú mismo, a tu manera; Rechaza los dogmas y cuestiona lo establecido; Desprecia las modas y la sociedad de masas”.
Se dice que la cumbia nació en el Caribe Colombiano durante la segunda década del siglo pasado producto de la fusión de ritmos de origen africano, melodías españolas y sensibilidad indígena. Este género popularizado por el baile se difundió por gran parte de Latinoamérica a partir de los años cincuenta por lo que hoy existen variaciones como la cumbia argentina, peruana, mexicana y salvadoreña.
Chico Trujillo es una banda chilena que no necesita mucha presentación pues se ha ganado a cierto público tapatío con sus visitas frecuentes a la ciudad, aunque siendo preciso no venían con este proyecto desde antes de comenzar la pandemia por Covid-19. “Cumbia Chilombiana” es como define su sonido la agrupación que recorre nuestro país por cinco ciudades y la cita para Guadalajara fue el pasado viernes 14 de octubre en el Foro Independencia.
Los encargados de abrir el concierto fueron los Son Rompe Pera, banda de Naucalpan y principal precursora en México del concepto titulado “Cumbia is the new punk”, y es que estos cinco chicos de la periferia de la Ciudad de México mezclan ritmos como rock, punk, danzón y otros con cumbia a partir de marimba, instrumento protagonista en el sonido del proyecto.
Siendo más que puntuales comenzaron a tocar en punto de las 21:15 horas para un público que en su mayoría evidenciaba ya conocerlos. La presentación que duró poco más de una hora cumplió la expectativa de poner a bailar, saltar o lo que sea con todas las canciones entre las que destacan “Cumbia algarrobera”, “Calculadora” o “Reina de cumbias” interpretada originalmente por Celso Piña. Con marimba al hombro Son Rompe Pera se despidió del escenario o por lo menos de su show ya que se esperaba volvieran acompañando algunas canciones de sus amigos los Chico Trujillo.
Para cuando los chilenos salieron al escenario, la temperatura del ambiente ya era altísima y el foro amenazaba con estallar de euforia en cualquier momento. Los liderados por Macha, su vocalista, recorrieron sus éxitos consentidos por los fans como “Conductor”, “Gran pecador” o el infaltable “Loca”. Como ya es conocido, los integrantes de Chico Trujillo gustan de tocar canciones latinoamericanas de grandes intérpretes y de dominio popular, en esta ocasión incluyeron en su set algunas como “Lamento Borinqueño” y partes de “Duerme negrito”, “Quizás, quizás, quizás” y “El derecho de vivir en paz” obra por de más emotiva de Víctor Jara y que a 51 años de su creación no deja de ser emblema para los pueblos latinoamericanos generación tras generación.
La noche siguió cumpliendo promesas con la invitación a compartir escenario entre Trujillos y Rompe Peras para tocar uno de varios temas que han grabado juntos, “Pájaro Zinzontle” que provocó uno de los momentos cúspides de la fiesta.
Al final, Chico Trujillo demostró su capacidad de incendiarlo todo en complicidad del público que hizo lo que le correspondía, no parar de bailar sobre suelo de lava y levantar los brazos jugando su papel de llamas. Así después de una hora y veinte minutos, culminó el concierto.
En palabras de los propios Son Rompe Pera (para una entrevista con otro medio), “Cumbia is the new punk” no solo se refiere a la similitud entre la la cumbia y el punk por la protesta, sino principalmente a la actitud pues “lo puedes bailar como quieras, no necesitas tener disciplina y el punk se baila como sea”. “La cumbia es el nuevo punk por la actitud, la energía y saber quién eres. Eso es lo importante”.
Chico Trujillo tituló su gira “Cumbias para bailar con fuego. México en llamas” haciendo alusión al ambiente que provocan sus presentaciones en vivo, aunque para las y los mexicanos “México en llamas” describe también el contexto social y político actual del país. El crecimiento exponencial de la violencia en los últimos 15 años parece acostumbrarnos a caminar sobre fuego. No quiero parecer exagerado ni irrespetuoso con las víctimas directas, cuando pluralizo en verdad me refiero a que la situación nos ha tocado a todos y todas colateralmente. Pese a esto siguen existiendo espacios para el arte donde se presentan diferentes expresiones que, sin tener un discurso de protesta obligatorio, significan una salida o desahogo para nuestras juventudes.
Somos las y los jóvenes piezas clave en causar movimientos para lograr que nuestro planeta sea un lugar más justo. Tenemos herramientas poderosas como el acceso a la información, la capacidad de cuestionar, mayor consciencia social y autoconocimiento. Estamos siendo testigos de toma de decisiones que afectan o favorecen la paz de nuestro territorio, no sabemos con seguridad que nos depara esto y parece no importar nuestra voz, pero mantenernos informados y crear vínculos entre nosotros en vez de pelear nos hará aliados de la verdad y ésta hará que nos escuchen. Hagamos que la cumbia, el reggaeton, el regional mexicano o el k-pop sean el nuevo punk, y esperemos que pronto sea en un contexto de paz total.
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