Clan of Xymox convoca una luna negra sobre Guadalajara

Texto por: César Ruiz

Fotos por: Michelle Freyria

En la naturaleza hay aromas que suelen ser percibidos solo durante la noche, es así que también existen expresiones artísticas que deben su existencia a todo aquello que la oscuridad puede inspirar. Un ejemplo de esto es la agrupación neerlandesa Clan of Xymox, pioneros del genero darkwave y goth rock con más de cuatro décadas de trayectoria y que beben de las fauces de la noche como fuente de inspiración. 

Xymox, como se llamaron en algún momento, se presentaron el pasado 2 de mayo en el Foro Independencia con motivo de sus más recientes lanzamientos Exodus (2024) y Blood of Christ (2024), con su gira «Luna Negra», haciendo escala en Guadalajara y siendo ya su cuarta visita.

Sin embargo, esto en lo absoluto le resta relevancia a esta presentación, ya que para este show se acompañaron de Blood Club, una tercia de músicos con base en la ciudad de Chicago, con influencias post punk y dark wave, y que integran letras en español e inglés, que, si bien parecen sencillas, funcionan a la perfección con la atmósfera de su música y la emoción que intentan transmitir.

Blood Club salió a dar, por cerca de 40 minutos, una buena muestra de lo que se está gestando en la escena goth emergente, temas como “Hate”, “Gastado” y “Fumar”, colocaron a los asistentes en un mood mas que apropiado, con sus hipnóticas líneas de bajo e ingeniosas melodías en las guitarras, apoyándose de una caja de ritmos y la profunda voz de Jesse Flores.

Minutos después del show de Blood Club, el espíritu de la nostalgia y oscuridad se mezclarían con muestras de efusividad al ver a Sean Dewinzer aparecer en escena con unos guantes laser verdes que de inmediato captaron la atención del público, para luego soltar el intro de “Stranger”, un saturado beat electrónico con mucho sintetizador, fue la antesala para que Ronny Moorings tomara su sitio al centro del escenario y, como si de una criatura mítica se tratase, su sola presencia generaba multiples reacciones en los presentes, audiencia compuesta por todo tipo de edades y contextos sociales, pero unidos por el gusto musical divergente.

El inicio del set fue bastante movido con “Love Get lost” y “No Tomorrow”, momento para el cual los miembros restantes Daniel Hoffmann en las secuencias y Mario Usai en el bajo ya estaban detonando los parlantes del foro, y haciendo que la gente se uniera en una suerte de danza macabra orquestada por el Clan.

Ronny se daba el tiempo de brindar con vino tinto y de presentar cada canción, y en un momento la euforia se disparó al hablar sobre un aroma en particular, “Jasmine and Rose” tema que se bailó, fue coreado y se disfrutó al máximo.

Igualmente aclamadas fueron la desesperada declaratoria de amor de “Emily”,  “She” y su característico riff a la The Cure o “A day” y su frenético beat sintetizado con esos luminosos pasajes que emergen desde un rincón oscuro donde solo nos queda voltear alrededor y exclamar, where are you?

Después de una quirúrgica selección de su extensa discografía, Clan of Xymox se despidió con “Backdoor” de forma simulada, para regresar después de transcurridos escasos 4 minutos, lo cual ayudó a mantener la vibra, y durante esos instantes de silencio el público aprovecho para corear el nombre de la banda, ante lo cual, al volver, no titubearon en mostrar su agrado y decirle a Daniel Hoffmann que captara el momento en video.

Coincidentemente, la última canción del set fue “Farewell” que, con la imaginería desesperanzadora de su letra, y la palpitante oscuridad que emanaban los cuatro músicos en escena, nos remitieron a explorar esa parte de nosotros mismos que quizás no dejamos en libertad tan a menudo, pero que cuando sucede, nos puede llevar a experimentar una ambrosía sensorial bajo el influjo de una luna negra.

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