Texto por: Bonnie Hagar
Fotos por: Aldo Andrino
Entre agaves, música y un cielo que se volvió lienzo de luces, Akamba celebró su sexta edición este 03 de mayo en los Campos de Agave de José Cuervo en Tequila, Jalisco, con una vibra que solo puede describirse como mágica. Lo que comenzó como una cita para los amantes de la música electrónica, hoy es un ritual que mezcla arte, tierra, cultura y libertad en un solo lugar.
Este año, el festival dio un salto ambicioso. La distribución de los escenarios fue repensada para brindar una experiencia más fluida y envolvente, destacando un nuevo stage de gran formato que recuerda a las producciones de los mejores festivales internacionales. La producción se sintió potente: visuales hipnóticos, juegos de luces que bailaban al ritmo de cada drop, y un diseño sonoro que nos hizo vibrar de los pies al alma.

Desde el atardecer, con los últimos rayos tiñendo de oro los campos de agave, hasta la madrugada bajo las estrellas, cada acto supo encontrar su lugar en este paisaje sonoro. Hercules & Love Affair conquistó con energía y humildad, lanzándose a hablar en español con el público mientras dejaban todo en el escenario. Más tarde, Overmono nos llevó directo a un trip colectivo, y el hybrid DJ set de WhoMadeWho fue simplemente electrizante, como una explosión de ritmo que puso a todos a bailar sin mirar el reloj.
Pero Akamba no solo son nombres en un cartel, es caminar entre esculturas monumentales, perderse en instalaciones inmersivas, descansar bajo las estructuras que dan sombra, recargar energía en zonas de hidratación o tomarte un respiro sin perderte de cada beat. Y este año se notó un esfuerzo genuino por cuidar a quienes hacen posible el festival ¡los asistentes! Contando con más áreas para sentarse, puntos de carga, un escenario techado, y una logística ágil que hizo del desplazamiento algo fluido.

La noche avanzaba, pero el ritmo no paraba. Con CamelPhat, siendo fiel a su estilo, nos sacudió con una sesión impecable, mientras el b2b entre Dixon y Jimi Jules nos llevó directo a un viaje sonoro que se extendió hasta los primeros rayos del amanecer, donde solo los más comprometidos siguieron hasta el final.
Cualquiera que haya vivido Akamba te lo dirá, su esencia es lo que lo hace tan único. El poder rendir homenaje al agave, al fuego, a la raíz, es toda una celebración que se vive con los cinco sentidos encendidos. Entre tragos de tequila, sabores locales y paisajes que cortan la respiración, todo se siente más vivo.

Akamba 2025 fue un viaje sin etiquetas, donde la música es lo único que importa. Un espacio sin juicios, donde cada quien bailó su propio ritmo. Y sí, ya estamos contando los días para volver. Si nunca has ido, no lo pienses más, Akamba no es solo un festival, es un llamado.
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¿Qué te pareció el Festival Akamba en los Campos de Agave José Cuervo en Tequila, Jalisco?
- Escenarios inmersivos y curaduría impecable.
- Zonas de descanso e hidratación bien pensadas.
- Altas temperaturas durante el día.
- Señal limitada en ciertas zonas.